Un cocinero en el cruce
Jordi Vilà, un nombre que resuena entre los grandes chefs de Cataluña, se ha encontrado en un momento de reflexión. Nacido en Papiol en 1973 en un entorno donde la cocina era la norma, Vilà ha dedicado su vida al arte culinario, con un éxito que se traduce en la Estrella Michelin, que logró en 2004 con su Alkimia de restaurante. Sin embargo, su trayectoria no se ha limitado a la cocina: ha expandido su horizonte con iniciativas como Kostat y Goes Cooking, entre otros.
El llamado a la acción
Con el objetivo de defender la cocina catalana frente a las nuevas tendencias, Vilà publicó recientemente el «Manual de defensa propia de la cocina catalana». Este libro, escrito en un tono humorístico, presenta argumentos para reclamar nuestra gastronomía en un contexto donde su esencia está amenazada.
Un almuerzo como punto de partida
En una conversación durante un almuerzo en Alkimia, Vilà estaba preocupado por las consecuencias de la revolución tecnológica en la cocina. Su experiencia lo ha llevado a darse cuenta de que muchos jóvenes chefs desconocen el valor de la tradición y la artesanía. «Estamos en un descanso que hace que la cocina se detenga en casa», dijo.
El papel de la cocina en la sociedad
Vilà reflexiona sobre la importancia de preservar sabores auténticos, como el sabor de una cebolla o una pimienta. Su preocupación radica en la pérdida de estos sabores en un mundo que tiende a aceptar la mediocridad. «Debemos aprender a armonizar los ingredientes, para preservar la técnica que nos permite disfrutar de cada sabor», dijo.
Cebolla como símbolo
La cebolla, para Vilà, es un ingrediente que encarna la filosofía de la cocina catalana. «Es un chupete, un ingrediente que se une», dijo, enfatizando cómo su preparación puede transformar un plato. La cebolla nos recuerda que cocinar es una cuestión de matices, y que cada detalle cuenta.
El futuro de la cocina catalana
Con su inminente entrada a la Academia Catalana de Gastronomía y Nutrición, Vilà es optimista pero vigilante. Su misión es hacer que la cocina catalana sea reconocida y valorada como una parte integral de nuestra identidad cultural. «Tenemos que hablar más sobre nuestra riqueza culinaria», dijo con convicción.
Debates contemporáneos
The chef also addressed the avocado controversy, which could emerge as a new emblematic ingredient in Catalonia, despite its environmental implications. «Es un debate abierto, y es interesante ver cómo nuestra cocina evolucionará con nuevos ingredientes», reflexionó.
Un mensaje para nuevas generaciones
Para Vilà, el papel de los jóvenes chefs es esencial. «Necesitan ser responsables y conectarse con la tradición», dijo. Su perspectiva es clara: cocinar es un medio para transmitir conocimiento y emociones entre generaciones, y es esencial que esta conexión permanezca viva.
Cocina como reflejo de valores
Vilà concluye que su tarea va más allá de la cocina; Es una forma de defender una forma de vida. «La cocina es un camino hacia la excelencia, un espacio donde los valores esenciales se ponen en juego», dijo, enfatizando la importancia de ser consistente con lo que defendemos.