Un perfil discreto
Poco se habla de Juan Urdangarin, quien ha mantenido un perfil muy discreto a lo largo de los años. A diferencia de su hermano Pablo, quien ha sido el portavoz de la familia durante la ruptura de sus padres, Juan ha preferido mantenerse alejado del foco mediático. Aunque en ocasiones se le ha visto en compañía de su madre, ha decidido quedarse en Reino Unido, donde reside desde que comenzó sus estudios universitarios.
La humillación y el bullying
Juan Urdangarin, como primogénito de la infanta Cristina, vivió en primera persona la humillación pública a sus padres debido al caso Nóos. Durante ese tiempo, sufrió bullying en la escuela y presenció cómo la gente insultaba a su padre por la calle. Estos eventos lo llevaron a dejar a sus amigos y su hogar en Barcelona para mudarse a Washington y luego a Ginebra.
Una vida espiritual
A diferencia de sus hermanos, Juan Urdangarin es una persona muy religiosa y espiritual. Ha heredado este carácter de su abuela, la reina Sofía, y de su tía Pecu. Aunque sus hermanos acaparan titulares con frecuencia, él prefiere mantenerse en un segundo plano y proteger su vida privada.
Compromiso con causas humanitarias
Juan Urdangarin ha dedicado parte de su vida a causas humanitarias. Al igual que su hermana Irene, es muy religioso y espiritual. Ha participado en proyectos sociales en colaboración con organizaciones como la ONG Entreculturas y la Fundación Sauce. Su compromiso con estas iniciativas demuestra su deseo de contribuir al bienestar de los demás.
Superando momentos difíciles
La vida de Juan Urdangarin no ha estado exenta de dificultades. Ha tenido que enfrentar momentos muy duros, especialmente durante el caso Nóos, cuando tuvo que presenciar las mudanzas, los insultos y ver a su padre en prisión. Estas experiencias han dejado una huella en él y han requerido apoyo psicológico a lo largo de los años.
En busca de la espiritualidad
Gracias a su trabajo, Juan Urdangarin tiene la oportunidad de ausentarse por temporadas y dedicarse a su vida espiritual. Durante estos periodos, se retira a monasterios completamente incomunicados, sin acceso a tecnología. Su única misión en estos momentos es encontrar a Dios y guiar su camino. Hasta el momento, no se le conoce ninguna pareja sentimental.
