Un pionero del servicio público en Francia
En un día como hoy, hace 172 años, nacía en Perpiñán una destacada figura de la política francesa: Juli Pams y Vallarino. Su carrera estuvo marcada por un profundo compromiso con su comunidad, ocupando puestos clave como consejero del Consejo General de los Pirineos Orientales y diputado de la Asamblea Nacional. Con una trayectoria que se extiende desde 1892 hasta 1930, Pams jugó un papel esencial en la política de su tiempo.
Un hombre de su época
Hijo de Lluís Pams, un tendero local, y de Laura Vallarino, Juli Pams provenía de una familia con raíces profundas en la región. Las investigaciones genealógicas revelan que los Pams han estado presentes en Perpiñán desde el siglo XVI, con una influencia notable tanto como campesinos como comerciantes. Su abuela paterna, Isabel Bronzoni, aportaba un legado italiano, mientras que sus raíces maternas se vinculaban con el Maresme y el Baix Empordà.
Un líder cultural comprometido
Pams no sólo se centró en la política; también fue un ferviente defensor de la cultura catalana. Participó activamente en la Sociedad de Estudios Catalanes, una institución creada en Perpiñán en 1903 que trabajaba para la promoción de la lengua y la cultura catalanas en la Catalunya Nord. Esta dedicación a su herencia cultural le situó entre las élites norcatalanas que empezaron a tener una voz significativa en Francia durante el siglo XIX.
Un legado que perdura
Tras su muerte en París en 1930, su residencia en Perpiñán, que había sido transformada en una magnífica casa modernista, fue adquirida por el Consejo Municipal. Actualmente conocida como Casa Pams, esta institución cultural preserva el legado de Juli Pams, recordando su contribución tanto en el campo político como cultural.
Reflexiones sobre un líder histórico
La vida de Juli Pams es un testimonio del papel que los líderes locales pueden jugar en la historia de una nación. Su historia no sólo refleja las aspiraciones de una época, sino que también destaca la importancia de mantener viva la cultura y la identidad en un mundo en cambio constante. Su legado sigue inspirando generaciones en Catalunya Nord, recordándonos que la política y la cultura están intrínsecamente ligadas.
