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La batalla de un joven contra la injusticia en el metro de Barcelona

by PREMIUM.CAT
Entrevistamos a Z.S. en la sede de Iridia. Está nervioso, pero también complacido de poder explicarse. Recientemente tenía dieciocho años y tenía dieciséis años cuando fue asaltado por un guardia de seguridad de la compañía Prosegur en el metro de Barcelona. Hace dos años y medio la noche de los eventos, pero todavía lo recuerda como si fuera hoy. "Puse la tarjeta en el validador de la estación Glòries y no funcionó, el día antes de que ya hubiera dado el mismo error en el Vall D'Hebron y el (8k, mejor calidad, obra maestra, muy detallada: 1.1)

Un testimonio impactante

En una entrevista con la sede de Iridia, Z.S., un joven de dieciocho años, comparte su experiencia traumática vivida hace más de dos años. Esa fatídica noche, un incidente del metro de Barcelona marcó un antes y después en su vida. A los dieciséis años, se convirtió en víctima de una agresión de un guardia de seguridad en Prosegur, un recuerdo que persiste vivo en su memoria.

El contexto del norte

Z.S. Explica que su tarjeta T-16, que le permitió el transporte público ilimitado hasta los diecisiete años. Esta no era la primera vez, ya que el día anterior había experimentado el mismo problema. De acuerdo con las regulaciones de la Autoridad de Transporte Metropolitano, en situaciones como esta, los usuarios deben poder comunicarse con el personal para encontrar una solución. Sin embargo, su experiencia fue muy diferente.

La tensión aumenta

Esa noche, Z.S. Y su compañero se encontró con un solo vigilante de seguridad, que rápidamente acusó al joven de ‘colaje’. A pesar de sus intentos de comunicar la situación, la reacción del vigilante fue agresiva. Las cámaras de seguridad de la estación corroboran su historia, mostrando un conflicto verbal que se intensificó hasta el uso de la fuerza física.

Un tiempo de terror

Después de una breve discusión, Z.S. Fue dirigido por dos agentes de seguridad que lo arrojaron al suelo. En un momento de angustia, recuerda haber pedido ayuda, ya que se sintió ahogado por la fuerza del vigilante. Su compañero, presenciando ese evento, registró la situación, que fue crucial más tarde.

Un camino de la corte lesionado

Después del incidente, Z.S. Siguió el consejo de los Mossos d’Esquadra, que se le recomendó que fuera al hospital para un informe médico. Las lesiones que presentó fueron documentadas, y el caso fue llevado a juicio. Sin embargo, el proceso judicial se vio afectado por errores administrativos, incluido el envío de pruebas incorrectas a los tribunales.

Una confrontación injusta

En la vista oral, Z.S. Estaba solo frente a dos abogados de Watchmen. Sintió que su testimonio fue interrogado con una falta de respeto alarmante, y tuvo que enfrentarse a testigos que no estuvieron presentes durante el incidente. La frustración era palpable, y la oración final fue absoluta, dejando a Z.S. con una sensación de injusticia.

La lucha continúa

Ante esta situación, el abogado Ton Mansilla ha decidido llevar el caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. La demanda se basa en la violación de los derechos humanos, alegando que España no investigó adecuadamente la queja de abuso por parte de los agentes de seguridad privados. Mansilla enfatiza la importancia de la investigación imparcial, independientemente de quién sea el autor de las agresiones.

Una reflexión necesaria

Z.S., al final de la entrevista, comparte su historia personal, marcada por pérdidas familiares significativas. Al mismo tiempo, enfatiza la necesidad de brindar apoyo legal a menores como él, que están solos frente a un sistema que puede ser abrumador. Su experiencia lo ha llevado a cuestionar su confianza en la justicia, un sentimiento que resuena en muchos otros jóvenes que han sufrido situaciones similares.

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