Una Nueva Vivienda en el Río
La gralla, un ave con una notable adaptabilidad, ha encontrado un nuevo espacio alrededor del río Congost en Granollers. Según el ornitólogo aficionado Jordi Morote, la población de estas aves se ha estabilizado con unos treinta individuos. Utilizando antiguos nidos de cotorras en los cedros de la calle Joan Camps i Giró, estas aves se han instalado en una zona que recientemente había sido deshabitada por la disminución de ejemplares adultos de cotorra, especie invasora que ha sido objeto de control municipal .
Adaptación y Reproducción
Morote no está seguro si las grajillas se han reproducido en estos nidos antiguos, pero observó que han encontrado otros lugares adecuados, como las canalizaciones de balcones de los edificios cercanos, que ofrecen las condiciones necesarias. También supone que podrían estar utilizando las torres de iluminación del parque del Congost como lugar de cría.
Observaciones y Comportamiento
Con un interés particular en la ornitología, Morote ha sido testigo de cómo las grajillas se agrupan en carrizales a lo largo del río, compartiendo el espacio con garcillas bueyeras, pájaros de color blanco que se adaptan bien a la vida acuática. La corneja, que tiende a vivir en comunidades, ha expandido su presencia por el río hasta llegar a Les Franqueses, demostrando su capacidad de adaptación y supervivencia.
Historia de Retorno
Hace cinco años, Morote alertó al Museo de Ciencias Naturales de Granollers (MCNG) sobre el regreso de la gralla, tras detectar a tres parejas en cajas nido instaladas en las columnas del puente de la ronda Sur entre 2011 y 2012. Ésta observación marcó un punto de inflexión en el seguimiento de la población de estos pájaros en la zona.
Datos Interesantes
Xavier Larruy, biólogo y responsable del seguimiento de aves en el MCNG, confirmó la presencia de cinco parejas de grajillas en la pasada primavera, cuyo ejemplar anillado había sido identificado en Lleida. La distancia recorrida por esta ave resalta su capacidad de dispersión y adaptación a nuevos ambientes, ya que no encontró otros lugares adecuados hasta llegar a Granollers.
Impacte Ambiental
Larruy destaca que la corneja, al ocupar nidos de cotorra, es una señal positiva para su población, ya que indica un aumento en el número de individuos. Considerada como especie vulnerable, la corneja desempeña un papel importante en el ecosistema, ya que es omnívora y puede ayudar a controlar a la población de cotorras, contribuyendo así al equilibrio del medio ambiente local.