Reconocimiento a una generación olvidada
En el marco de los Pirineos de Pàndols, los ecos del pasado resonaron el 25 de julio durante la ceremonia que conmemora a la Leva del Biberón. Este homenaje, llevado a cabo durante 46 años, se centra en los jóvenes reclutados en 1938 y 1939, durante los convulsos días de la Guerra Civil Española, por mandato del entonces presidente Manuel Azaña.
Un acto marcado por la ausencia
Por primera vez en la historia de estas conmemoraciones, la celebración se realizó sin la presencia de un sobreviviente. Este año se echó en falta a figuras como Salvador Farrés, quien el año anterior, a sus 102 años, se convirtió en símbolo de la resistencia y la memoria viva. En su lugar, fueron los descendientes de aquellos jóvenes soldados quienes tomaron la palabra.
Voces de la siguiente generación
El acto brindó protagonismo a los hijos y bisnietos de los homenajeados, quienes compartieron sus historias y su compromiso con la paz. Una de las intervenciones más emotivas fue la de una de las hijas de Farrés, quien recordó el sacrificio de su padre y abogó por un futuro más pacífico.
El legado que perdura
A pesar de la falta de supervivientes, las autoridades locales y los organizadores reafirmaron su compromiso de continuar con la celebración de este homenaje año tras año. La alcaldesa de Pinell de Brai, Laura Vallespí, destacó el valor de quienes vivieron esa época y la importancia de mantener su memoria en la conciencia colectiva.
Fomentando la memoria histórica
Cinta Fornós, directora del Consorcio Memorial de los Espacios de la batalla del Ebro, enfatizó la necesidad de involucrar a los jóvenes en estos recordatorios, apuntando que muchos no están presentes debido a la falta de conocimiento sobre su relevancia. El delegado del Govern en Terres de l’Ebre, Adam Tomàs, también resaltó el papel crucial de la educación en la memoria histórica para contrarrestar las narrativas simplistas y peligrosas que surgen en la actualidad.