Descargar los protocolos que dominan nuestras vidas
Ingrid Guardiola, después de una década de inmersión en el mundo del arte contemporáneo, ha decidido explorar la dinámica de control impuesta por los protocolos tecnoburocráticos. Su trabajo reciente, «la servidumbre de los protocolos», no solo busca crear conciencia política, sino que también actúa como un vehículo del exorcismo personal frente a un sistema que a menudo limita la creatividad y la libertad individual.
El nacimiento de una nueva conciencia durante la pandemia
Su reflexión sobre el concepto de ‘protocolo’ surgió durante el confinamiento, cuando las medidas de seguridad se convirtieron en la nueva normalidad. Guardiola descubre que los protocolos no son solo instrumentos de control social, sino también tecnológicos, que afectan todos los aspectos de la vida cotidiana, incluida la educación y la comunicación.
Protocols vs. Rituals: una comparativa reveladora
Guardiola establece una distinción entre protocolos y rituales, señalando que, si bien los rituales pueden favorecer la experiencia de la comunidad, los protocolos están integrados en un procedimiento que, en lugar de promover la trascendencia, se convierte en un fin en sí mismo. Esta rigidez evita que los protocolos se usen para el propósito para el cual fueron creados.
La cultura como excepción en un mundo del protocolo
En su libro, Guardiola argumenta que la cultura debe ser manejada de manera diferente a las multas o sanciones, y que los protocolos burocráticos a menudo evitan la creatividad necesaria para el arte. Su propuesta de excepcionalidad cultural busca hacer visible la necesidad de flexibilidad en un área que se ha restringido con demasiada frecuencia reglas rígidas.
Un nuevo debate sobre el estado y la burocracia
En un contexto político cada vez más polarizado, Guardiola enfatiza la importancia de no solo criticar la burocracia, sino también de revisar las interpretaciones de las leyes que permiten que los protocolos se conviertan en instrumentos de control. Ella propone una revaluación de nuestra relación con el estado y sus estructuras.
Revuelta y responsabilidad: el desafío de los trabajadores blancos
Guardiola explora la figura del trabajador de White Coll, quien, en un sistema que limita su libertad intelectual, a menudo está atrapada en una red de protocolos que agregan presión a su vida diaria. Su análisis plantea la cuestión de cómo puede ocurrir un cambio real en las condiciones de trabajo y sociales.
Hacia una nueva forma de resistencia cultural
Finalmente, Guardiola llama a la resistencia. Propone que los centros de arte y los trabajadores culturales buscan formas de generar experiencias significativas sin alimentar el sistema tecnocurocrático. Ella quiere que la cultura sea un espacio de libertad y creación, y no solo un producto de una máquina que prioriza la eficiencia de la expresión.
Imaginando un futuro diferente
Con su experiencia en el Bòlit, Guardiola busca proyectar un futuro donde las alianzas informales y la creatividad puedan desafiar el establecimiento. Ella cree que la clave para un cambio significativo radica en la capacidad de las personas para unirse y reclamar un espacio de soberanía cultural, luchando contra la deshumanización del control laboral y administrativo.