El legado histórico y los cambios en la política europea
Con el tiempo, Europa ha sido testigo de transformaciones radicales en su panorama político. En 1848, Marx y Engels levantaron sus voces con su ‘manifiesto comunista’, advirtiendo a un espectro que amenazó al continente. Ante este desafío, el liberalismo evolucionó, adaptándose a ofrecer una propuesta de libertad e igualdad más atractivas, lo que ha dado lugar a las estructuras sociales y políticas que conocemos hoy.
Conflicto mundial e ideologías en juego
La Segunda Guerra Mundial no fue solo un conflicto militar, sino también una confrontación entre modelos políticos opuestos: democracia liberal, comunismo soviético y fascismo. Con la caída del fascismo en 1945, su prestigio sufrió un colapso definitivo, mientras que el comunismo surgió como una alternativa durante la Guerra Fría, dejando el fascismo como una opción rechazada por la sociedad occidental.
Un nuevo fenómeno: el populismo xenófobo
Después de la caída del Muro de Berlín, la democracia liberal parecía ser el camino deseado hacia la ciudadanía europea. Sin embargo, el siglo XXI ha traído un nuevo desafío: un populismo que, a pesar de sus raíces en las ideologías del pasado, tiene una faceta renovada que ha ganado fuerza. Hemos observado su crecimiento en Austria, Francia, los Países Bajos, Italia y Escandinavia, así como su consolidación en Alemania y su emergencia en naciones que parecían inmunes al fascismo.
El desafío de la nueva politización
El populismo xenófobo ha ganado terreno y ha influido en las agendas e instituciones políticas en Europa. La sociedad europea, que había superado el fascismo, ahora enfrenta esta nueva variante que desafía los fundamentos de la democracia. Su influencia no ha disminuido a pesar de los intentos de contenerlo a través de medidas electorales o políticas de colaboración.
Reflexiones sobre la democracia y la inclusión
La creciente representatividad de la absoluta nos lleva a cuestionar nuestra comprensión de la política y la democracia. ¿Por qué algunos ciudadanos parecen dispuestos a renunciar a las libertades a cambio de falsa seguridad? La xenofobia, que a menudo se presenta como una solución simple, no refleja los valores humanistas y europeos que pretendemos defender tanto. La realidad es que la diversidad y la inclusión son esenciales para el progreso social.
La necesidad de un nuevo discurso
La democracia no es solo una cuestión de mayoría, sino también un sistema que debe garantizar la igualdad de las minorías. Nuestra sociedad necesita un discurso que contrarresta esta nueva pandemia de populismo, ya que las redes sociales amplifican los mensajes e influencias de inmediato, especialmente entre los jóvenes. La historia nos enseña que la unión y la diversidad son las claves para un futuro mejor.
Pensando en el futuro
El desafío que enfrentamos es complejo y urgente. Necesitamos encontrar formas innovadoras de responder a las preocupaciones de la sociedad e integrar las diversas voces que la componen. Solo de esta manera podemos construir un futuro donde la democracia sea realmente sinónimo de bien y justicia para todos.
Eduardo Javier Ruiz Vieytez, profesor de ciencias sociales y humanas de la Universidad de Deusto (Bilbao), nos recuerda la importancia de reflexionar sobre estos temas y actuar para preservar los valores que se basan en nuestras sociedades.