La naturaleza de la pensión por incapacidad permanente
La incapacidad permanente se concederá cuando un trabajador no pueda ejercer una actividad a causa de una enfermedad o lesión que reduce o anula su capacidad laboral. En este sentido, la Seguridad Social ofrece una pensión para compensar esa pérdida de ingresos. Este derecho económico puede ser definido o indefinido en función de las cotizaciones del contribuyente y los requisitos establecidos, que dependen del grado de incapacidad. Además, existe un plazo límite para recibir la pensión.
Suspensión y extinción de la pensión
Es importante destacar que la pensión por incapacidad permanente no es indefinida y puede ser suspendida o extinguida por la Seguridad Social. La suspensión implica dejar de recibir temporalmente la pensión y puede deberse a actuaciones fraudulentas para conseguir la pensión o por el rechazo o abandono sin justificación del tratamiento médico o los procesos de rehabilitación durante la incapacidad. Por otra parte, la extinción significa la pérdida del derecho a percibirla, que puede deberse a una revisión del trabajador con un resultado favorable de curación, defunción o el reconocimiento del derecho a la pensión de jubilación.
Edad límite para solicitar la pensión
Según la Seguridad Social, la pensión por incapacidad permanente puede solicitarse hasta que el posible beneficiario llegue a la edad de jubilación, que es de 65 años para quienes han cotizado un mínimo de 37 años y 9 meses. Sin embargo, para los trabajadores que no lleguen a este límite de cotización establecido, la edad límite se sitúa en los 66 años y 4 meses. Hay que tener presente que al empezar a recibir la pensión de jubilación, no puede compatibilizarse con la pensión por incapacidad, ya que esta última es considerada una prestación social para los trabajadores que no pueden trabajar por enfermedad o lesión.
