Una herencia en peligro
El patrimonio arquitectónico de Sitges se encuentra en una situación crítica, con la degradación visible de varios edificios históricos, como Can Falç y el Museo Romántico. Esta situación, que afecta tanto a la arquitectura como al paisaje, es un reflejo de la falta de acción por parte de las autoridades locales.
Amenazas inminentes para el frente
La alerta está más que justificada, ya que el 2 de junio, el Ministerio de Transición Ecológica planea ejecutar un proyecto que amenazará directamente el paseo marítimo de Sitges. Esta iniciativa, que tiene como objetivo modificar las costumbres tradicionales del área, se presenta como una solución a la falta de arena en las playas, pero ignora el paisaje y los valores culturales que representa este espacio.
Un catálogo de patrimonio deficiente
El documento llamado ‘Modificación del plan especial para la protección del patrimonio arquitectónico y el catálogo de Sitges’, aprobado para 2025, ha sido criticado por una mala ejecución. Muchos expertos han señalado que su base documental es insuficiente, dejando de lado las contribuciones más recientes que podrían enriquecer el catálogo.
Desafinación política y estandarización de la degradación
La desconexión entre los políticos locales y la realidad del patrimonio es alarmante. La indiferencia a la degradación visible de los edificios históricos ha estandarizado, y ahora la comunidad tiene que enfrentar una nueva amenaza para su patrimonio cultural. Esta situación exige una reacción urgente y un compromiso real con la preservación de la identidad de Sitgetan.
La visión del ministerio: un enfoque incorrecto
El ministerio presenta su proyecto como una solución para mejorar el entorno natural y garantizar el uso responsable de la costa. Sin embargo, sus acciones parecen olvidar la importancia de la historia y la cultura local, convirtiéndose en una amenaza para la herencia y la identidad de Sitges.
Un llamado a la acción
La comunidad Sitgetan no puede permanecer en silencio frente a estas agresiones en su herencia. Es hora de reclamar la importancia de preservar la historia y la cultura local, y trabajar juntos para evitar que estas políticas destructivas se perpetúen. La identidad de Sitges está en juego, y cada acción cuenta.