El Contexto de la Crisis
En el año 1640, hace 384 años, en Barcelona, se desencadenaron una serie de eventos que marcarían un punto de inflexión en la historia de Catalunya. Este periodo, conocido como la crisis de los Segadores (enero – junio, 1640), anticipó el estallido de la Guerra de Separación de Catalunya (1640-1652/59).
Los primeros incidentes tuvieron lugar en la capital catalana, culminando con el Corpus de Sangre el 7 de junio de 1640, que marcó el inicio de la revolución de los Segadores. Aunque la crisis se extendía por todo el campo catalán, aún no había afectado a los centros urbanos del país.
El Estallido de la Revolución
El 22 de mayo, un grupo de Tercios hispánicos, cuya administración en Madrid no les pagaba su salario desde hacía meses, decidieron cobrar asaltando y saqueando el templo parroquial de Sant Andreu de Palomar. Estas acciones habían sido comunes durante el periodo de ocupación hispánica de 1635-1640, generando un clima de extrema violencia.
En respuesta, miles de jornaleros agrarios acampados alrededor de la villa de Sant Andreu se movilizaron, expulsando a los hispánicos del templo y persiguiéndolos hasta Barcelona. La noticia se propagó rápidamente, llevando a la participación del pueblo llano de Barcelona en la revuelta.
El Impacto de la Revolución
La revuelta popular se dirigió a la Prisión Real, liberando al conseller-protector Francesc de Tamarit, una de las máximas autoridades del país, que había sido encarcelado por orden de la administración hispánica. Tamarit se había opuesto a las levas forzosas de catalanes para ir a combatir en territorio francés y a la brutal violencia de los Tercios hispánicos.
Este evento marcó un punto crucial en la historia de Catalunya, desencadenando una serie de acontecimientos que llevarían a la Guerra de Separación de Catalunya y a un periodo de profundos cambios en la región.