Reintroducción de una terapia efectiva
El Hospital de Campdevànol ha decidido reintegrar la terapia asistida con perros, un programa diseñado para elevar el estado de ánimo de los pacientes que necesitan estancias prolongadas. Esta iniciativa, que se inició como una prueba piloto en 2014 y funcionó hasta la pandemia, ha vuelto con el objetivo de proporcionar soporte emocional y físico a los usuarios.
Beneficios emocionales y físicos
Según Sonia Soler, trabajadora social del centro, los efectos positivos de esa terapia son evidentes. «La interacción con los animales no sólo mejora el estado de ánimo, sino que también favorece la fina motricidad y la comunicación», destaca. Esta conexión emocional entre los pacientes y el perro, en este caso llamado Tuc, es esencial para el buen funcionamiento del programa.
Experiencias de los pacientes
Dolors Vilarrasa, una paciente de larga estancia, comparte su experiencia: «Cuando Tuc me besa, mi día se transforma. Él aporta una alegría que no encuentro en otras actividades». Carme, otra usuaria, expresa su cariño hacia Tuc, un labradoodle de dos años, mientras lo cuida y disfruta de su compañía durante las sesiones semanales.
Actividades diseñadas para la motivación
Las sesiones de terapia no son sólo para jugar, sino que incluyen actividades diseñadas para estimular la mente y el cuerpo. Una de las dinámicas consiste en «pescar» piezas con mensajes ocultos, fomentando así la atención y la participación de los pacientes. La terapeuta Ariadna Parés explica que «el perro no sólo acompaña, sino que también es un catalizador que hace que las actividades sean mucho más atractivas».
Vínculo estable con el perro
Uno de los aspectos más importantes de esta terapia es el vínculo que se crea entre los pacientes y Tuc. La constancia en las sesiones permite que los usuarios desarrollar una relación de confianza y cariño hacia el animal, lo que resulta vital para su mejora emocional.
Mejora en la comunicación y la memoria
A medida que los pacientes interactúan con Tuc, se pueden observar mejoras en distintos aspectos cognitivos. La terapeuta destaca que «los pacientes a menudo comienzan a compartir recuerdos del pasado oa hablar de sus animales, lo que les ayuda a reconectar con momentos significativos de sus vidas». Esta terapia no es sólo una forma de diversión, sino un medio para estimular la memoria y las habilidades comunicativas.
Un cambio positivo en la rutina hospitalaria
Sonia Soler remarca que la terapia asistida con perros es una valiosa herramienta para romper la monotonía de las estancias prolongadas. «Muchos pacientes se encuentran en situaciones de aislamiento y se benefician enormemente de esa interacción, que aporta estímulos positivos y ayuda a mejorar su calidad de vida», afirma.
Un futuro prometedor
Con sólo dos meses de funcionamiento, las valoraciones de los pacientes y sus familias sobre la terapia asistida con perros son extremadamente positivas. A medida que el programa continúa, el Hospital de Campdevànol espera seguir adaptando las sesiones a las necesidades individuales de cada paciente, reforzando así su compromiso con el bienestar emocional y físico de los usuarios.