Los huevos Benedict: una historia fascinante
Los huevos Benedict son un plato clásico de la gastronomía estadounidense que ha conquistado a los paladares de todo el mundo. Esta deliciosa creación consiste en huevos espumados servidos sobre pan tostado y jamón o tocino canadiense, todo cubierto con una salsa holandesa irresistible. Pero, ¿cuál es la historia detrás de este plato tan popular?
El origen de los huevos Benedict es tema de debate, con varias versiones compitiendo por el crédito. Una de las historias más populares achaca la creación de este plato en Delmonico’s, un famoso restaurante en Nueva York. Según esta versión, en la década de 1860, un comensal habitual llamado LeGrand Benedict se quejó de que el menú era aburrido. En respuesta a esta queja, el chef Charles Ranhofer inventó los huevos Benedict y más tarde incluyó la receta en su libro de cocina de 1894, ‘The Epicurean’ (https://correccioencatala.cat/com-estructura-text-catala /).
Otra versión interesante sugiere que el plato fue inventado por un corredor de bolsa llamado Lemuel Benedict. Según una entrevista en The New Yorker en 1942, Benedict afirmó que en 1894, después de una noche de fiesta, pidió ‘tostadas con mantequilla, huevos espumados, tocino crujiente y una pequeña salsa holandesa’ en el hotel Waldorf. El maître de hotel, Oscar Tschirky, quedó tan impresionado con esta combinación de sabores que añadió la versión modificada del plato en el menú del desayuno del hotel (https://correccioencatala.cat/com-estructura-text -catala/).
Una receta sencilla para huevos Benedict caseros
Preparar huevos Benedict en casa puede parecer complicado debido a la salsa holandesa y los huevos espumados, pero con esta receta simplificada, podrás disfrutar de este delicioso plato sin demasiados problemas.
Ingredientes:
– 4 huevos
– 2 muffins ingleses partidos por la mitad
– 4 lonchas de jamón o tocino canadiense
– 2 yemas de huevo
– 1 cucharada de zumo de limón
– 1/2 taza de mantequilla fundida
– Sal y pimienta al gusto
– Vinagre blanco
Elaboración:
1. Tostar los muffins ingleses: en una sartén o tostadora, tuesta las mitades de los muffins ingleses hasta que estén doradas y crujientes. Reserva.
2. Cocinar el jamón: en la misma sartén, calentar las lonchas de jamón o tocino canadiense hasta que sean doradas. Coloca un corte sobre cada mitad de muffin tostado.
3. Preparar la salsa holandesa: en una licuadora, mezcla las yemas de huevo y el zumo de limón. Funde la mantequilla y, mientras la licuadora está en funcionamiento, agrega la mantequilla fundida lentamente hasta que la salsa sea espesa y cremosa. Sazona con sal y pimienta.
4. Escaldar los huevos: llena una cazuela grande con agua y añada un chorrito de vinagre blanco. Calentar hasta que el agua esté a punto de hervir (no debe hervir completamente). Rompe un huevo en un pequeño cuenco. Crea un remolino en el agua con una cuchara y desliza el huevo en el centro. Cocina por unos 3 minutos hasta que la clara esté cocida, pero la yema todavía sea líquida. Repite con otros huevos.
5. Montar el plato: coloca un huevo espumado sobre cada mitad de muffin con jamón. Rocía generosamente con salsa holandesa caliente.
Sirve de inmediato y disfruta de estos deliciosos huevos Benedict caseros, perfectos para un desayuno especial o un brunch de fin de semana.