La nueva estrategia de la DGT
La Dirección General de Tráfico (DGT) ha puesto en marcha una innovadora iniciativa para mejorar la seguridad vial: la instalación de radares ‘invisibles’. Estos nuevos dispositivos forman parte de un esfuerzo continuo para evitar que los conductores infrinjan los límites de velocidad y pongan en peligro la seguridad de todos.
Los radares como herramienta de seguridad
Los radares siempre han sido una herramienta clave para la DGT. Estos dispositivos monitorizan constantemente las carreteras, miden la velocidad de los vehículos y capturan imágenes de los infractores. Gracias a ellos, se han identificado y sancionado a muchas personas que ponen en riesgo la seguridad vial.
Sin embargo, los conductores a menudo conocen la ubicación de los radares fijos e intentan evitarlos. Esto puede conducir a una reducción de la velocidad sólo en estos puntos específicos, mientras que después se vuelve a superar el límite permitido.
Los radares ‘invisibles’ como solución
Para abordar este comportamiento, la DGT ha implementado una nueva táctica: los radares móviles ‘invisibles’. A diferencia de los radares fijos, estos dispositivos se transportan en vehículos camuflados y no tienen ningún distintivo visible que los identifique como radares.
Los radares móviles pueden ser colocados en cualquier lugar y en cualquier momento, lo que hace imposible a los conductores saber dónde se encuentran. Se mueven regularmente a diferentes puntos de las rutas, tanto en carreteras como en autopistas y autovías, y permanecen en cada ubicación sólo durante unas horas antes de cambiar de sitio.
Estos radares móviles están equipados con tecnología avanzada que emite una señal que se refleja en los vehículos que pasan por su área de influencia. Esta señal permite calcular la velocidad de cada vehículo y, si se supera el límite permitido, el radar captura instantáneamente una imagen del vehículo infractor.
La imagen capturada incluye la matrícula del vehículo y se complementa con información relevante como la velocidad medida, fecha, hora y ubicación exacta de la infracción. Toda esta información se envía al centro de procesamiento de la DGT, donde se verifica la infracción y, en su caso, se emite multa al propietario del vehículo.
El impacto de los radares ‘invisibles’
La introducción de estos radares móviles ‘invisibles’ ha tenido un impacto significativo en los conductores. Ya no es posible predecir la ubicación de los radares, lo que obliga a los conductores a respetar los límites de velocidad en todo momento y no sólo en puntos conocidos. Esta nueva estrategia ha sido implementada con éxito y se han instalado 88 nuevos radares este año, que se suman a los más de 2.000 ya en funcionamiento.
El futuro de los radares ‘invisibles’
La DGT tiene previsto seguir expandiendo esta red de radares ‘invisibles’ durante los próximos dos años. El objetivo es claro: reducir los accidentes y aumentar la seguridad en las carreteras españolas. Para los conductores, esto significa que el constante cumplimiento de los límites de velocidad es más importante que nunca.
Con estos radares ‘invisibles’ en funcionamiento, cualquier intento de evadir las normas de velocidad puede resultar en una sanción inmediata y efectiva.