Una Pregària Especial
Esta mañana de lunes, la oración en la tranquilidad de mi habitación o en la pequeña capilla de nuestro hogar adquiere un significado singular. Me encuentro en la capilla del Santísimo de Santa Ana, rodeado de un grupo de hombres y mujeres que han sido acogidos y son amigos nuestros. Tras disfrutar de un delicioso desayuno en el encantador claustro gótico, nos reunimos alrededor del altar de la capilla para orar juntos. Hoy éramos al menos veinticinco, pues ese es el número de velitas que he contado al finalizar nuestra oración.
Acción de Gracias
Durante este tiempo, me siento tan reconfortada, quizás porque se manifiesta esta oración de agradecimiento que Jesús dirigió al Padre, tal como se relata en el Evangelio de Mateo: “Te doy gracias, Padre, porque has ocultado estas cosas a los sabios y poderosos y las has revelado a los sencillos… Sí, Padre, porque así te ha placido”. Para mí, este encuentro se convierte en una auténtica lección sobre cómo orar al Padre celestial en medio de algunos hermanos reunidos en Su nombre.
Fortaleza en la Dificultad
Hoy, uno de los hombres compartió su gratitud a Dios porque siente que recibe fuerzas en medio de sus adversidades, una de las cuales es la falta de un hogar. En ese momento, me sentí avergonzada por haberme quejado anteriormente por inconvenientes triviales en comparación con estas necesidades básicas. Esta instancia de oración de lunes por la mañana se transforma para mí en un verdadero espacio de aprendizaje, recibiendo lecciones de estos maestros de la oración, que son los predilectos de Jesús.
La Sencillez de la Fe
En particular, al escuchar las reflexiones de uno de estos orantes, considerado por su fe y simplicidad evangélica, imagino a Jesús dirigiéndole unas palabras similares a las que le dijo un día a Simón Pedro: “Esto no te lo ha revelado carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos”. En este encuentro de oración, se reafirma nuevamente lo que Jesús expresó con admiración al dirigirse a la sencillez de Pedro, quien reconoció a Cristo.
Experiencia del Evangelio
Les aseguro que en estas oraciones compartidas con nuestros hermanos acogidos en Santa Ana, experimento el Evangelio con una claridad que quizás no obtendría en una clase de Teología. Es una verdad que se revela por el Padre celestial a los sencillos y humildes de corazón.
