Unicon de la fauna pirena
Nere, el oso marrón documentado más antiguo de los Pirineos, se ha observado recientemente en Val d’Aran, reafirmando su presencia en la región. A los 28 años, este plantigrade, nacido en el invierno de 1997, ha sido un elemento clave en la conservación y el crecimiento de la población ósea en la cordillera.
Contribución a la diversidad genética
Los expertos consideran que es esencial para el futuro de la especie, ya que ha estado contribuyendo con ocho descendientes desde 2004, incluidos tres recientemente con el Bambou ossa. Su influencia ha sido percibida como una vital para la diversificación genética, especialmente en un período en que otros individuos, como el oso Pyros, habían dominado la reproducción.
Un aumento preocupante
Recientemente, el grupo de rodamiento de abordador cruzado del oso marrón ha informado que la población ósea en los Pirineos ha alcanzado alrededor de cien, una cifra que se ha duplicado en solo seis años. Cataluña, en particular, ha experimentado un crecimiento significativo en su población ósea, con 47 especímenes, la mayoría de los cuales están en Val d’Aran y palares Sobirà.
Reacciones de la comunidad local
Sin embargo, este aumento ha llevado a una reacción negativa entre los ganaderos locales, quienes consideran que la coexistencia con los huesos es inviable. Muchos de ellos han expresado su frustración por proteger su ganado de los ataques plantigrade, lo que a menudo causa daños graves a las granjas de ganado.
L’ombra del passat: la mort de Cachou
Por otro lado, el caso de Cachou, otro oso marrón que fue encontrado muerto hace cinco años en el área de Les, continúa sin resolverse. Se espera que el juicio que examine las circunstancias de su muerte, atribuidas a la intoxicación, se llevará a cabo pronto. Este incidente ha destacado las tensiones entre la protección de la vida silvestre y los intereses del ganado.
Expectativas para el futuro
Con la población de huesos crecientes, será esencial encontrar un equilibrio entre la conservación de la especie y las necesidades de la comunidad local. La gestión de los recursos naturales y la implementación de medidas que protegen tanto los animales como los agricultores de ganado serán clave para garantizar la coexistencia en esta región rica en biodiversidad.