Declaración de ilegalidad de los asentamientos israelíes
El mismo día en el que la Corte Internacional de Justicia (CIJ), situada en La Haya y principal órgano judicial de las Naciones Unidas, declaró ilegal la presencia israelí en los territorios ocupados de Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este, los ataques en la Franja de Gaza continuaron incesantemente. La violencia contra la población palestina sigue, con la complicidad de varias potencias occidentales.
Escalamiento de la violencia en Gaza
En los últimos días se han registrado algunos de los ataques más devastadores de este conflicto. El 20 de julio, la aviación israelí destruyó varios edificios residenciales. El ataque más reciente, ocurrido en una zona densamente poblada, resultó en la muerte de al menos 90 personas y más de 300 heridos. El ejército israelí justificó la acción diciendo que su objetivo era eliminar al jefe de la brigada de Hamas en la ciudad de Khan Yunis. Al día siguiente, una escuela de las Naciones Unidas en el campamento de refugiados de Nuseyrat fue bombardeada, causando al menos doce muertes. El bombardeo de escuelas y campamentos de refugiados se ha convertido en una práctica sistemática: en junio, otra escuela de la UNRWA, donde se refugiaban 6000 personas, fue atacada, causando 45 muertos y numerosos heridos.
Consecuencias humanitarias
A principios de julio, la revista médica The Lancet reveló que las muertes probables en los ataques israelíes en Gaza superaban con creces las cifras oficiales palestinas. Según esta publicación, sumando las muertes indirectas por enfermedades, hambre y falta de asistencia, las cifras podrían superar las 186,000 vidas, lo que representa cerca del 8% de la población de Gaza. La ONU estimó, en febrero, que el 35% de los edificios en la Franja habían sido destruidos, y es probable que muchos cuerpos permanezcan enterrados entre los escombros.
Resistencia a las decisiones internacionales
A pesar de las repetidas órdenes de la CIJ para que Israel detenga sus ataques en Gaza, estas no han tenido ningún efecto sobre el terreno. En enero, marzo y mayo, la Corte instó a Israel a cesar su ofensiva, pero sin éxito. Las potencias occidentales han continuado su apoyo a Israel, manteniendo relaciones económicas, culturales y diplomáticas con el estado israelí. España, por ejemplo, ha comprado armas a Israel por valor de millones de euros desde el pasado octubre.
Decisiones históricas y su impacto
El reciente dictamen de la CIJ, anunciado por Nawaf Salam, presidente del tribunal, califica la ocupación israelí en estos territorios como una ‘anexión de facto’. El fallo señala que se ha instaurado un régimen de apartheid y que la expansión de las colonias se basa en la confiscación de tierras y la segregación racial. Desde 1967, más de 400,000 colonos israelíes se han establecido en Cisjordania.
Repercusiones futuras
Aunque el dictamen de la CIJ no es vinculante, tiene una gran relevancia moral, legal y política. La resolución establece que la ocupación, colonización y explotación de los recursos naturales palestinos por parte de Israel y sus colonos violan el derecho internacional y los derechos de los palestinos a la soberanía sobre sus recursos. Israel, un estado creado gracias a la histórica resolución 181 de la ONU en 1947, ha rechazado frontalmente este fallo, como lo ha hecho con otras acciones internacionales que cuestionan sus actividades en los territorios ocupados desde la guerra de los Seis Días de 1967.