Una reputación en juego
Pedro Sánchez, conocido por sus habilidades negociadoras, se encuentra en una prueba decisiva. Con una mayoría parlamentaria precaria y enfrentado a acusaciones de tráfico de influencias contra su esposa, el líder del PSOE busca asegurar la investidura de Salvador Illa. Para lograrlo, necesita el apoyo de ERC, un partido que atraviesa una crisis interna y se ha enfrentado a continuas dificultades electorales y escándalos recientes.
El papel crucial del financiamiento
En las negociaciones con el PSC, ERC ha puesto sobre la mesa cuatro demandas clave, siendo el financiamiento la más importante de todas. ERC insiste en la creación de un concierto económico, una propuesta que el gobierno español, liderado por la vicepresidenta Maria Jesús Montero, ha rechazado rotundamente.
Planes alternativos de La Moncloa
A pesar de la negativa inicial, La Moncloa ha iniciado una serie de planes B. Según diversos informes de medios madrileños, el gobierno ha decidido recurrir a antiguos acuerdos no ejecutados del pasado noviembre para la investidura de Sánchez, e incluso a pactos congelados de años anteriores.
Rodalias y condonación de deudas
Uno de los acuerdos resucitados es el traspaso de la línea 1 de Rodalies, un gesto significativo en las negociaciones con ERC. Aunque ya se había acordado en noviembre del año pasado para garantizar el voto de Gabriel Rufián, el proceso solamente se iniciará en enero del próximo año.
Estrategias de renegociación
Esta táctica de Sánchez ha resultado extremadamente eficaz. El retraso en la implementación de acuerdos permite su renegociación constante. Incluso Marta Rovira, secretaria general de ERC, ha exigido una reunión con Sánchez para abordar el cumplimiento de estos compromisos no realizados.
Condonación de deudas
Otra oferta del PSOE a ERC es acelerar la condonación de 15 mil millones de euros de deuda de la Generalitat con el Estado. Este pacto se extiende a todas las comunidades autónomas, según ha aclarado La Moncloa.
La vuelta del consorcio
El PSOE también ha desempolvado pactos de más de 15 años, como la creación de un consorcio fiscal acordado en 2006 durante la discusión del Estatuto. Esta propuesta original incluía una Agencia Tributaria de la Generalitat para gestionar todos los impuestos catalanes, pero fue recortada y nunca implementada.
Negociaciones históricas
El consorcio, diseñado para ser una colaboración paritaria entre la Agencia Estatal de Administración Tributaria y la Generalitat, fue un compromiso tras la reducción del Estatuto en el Congreso. Este recorte fue resultado de negociaciones entre el PSOE y CiU, en un intento de compensar la eliminación del concierto económico inicialmente propuesto.
El contexto de Zapatero
El acuerdo final del nuevo Estatuto aprobado en el Congreso y posteriormente recortado por el Tribunal Constitucional fue producto de negociaciones entre José Luis Rodríguez Zapatero y Artur Mas. ERC, que votó en contra del consorcio, lo consideró insuficiente ya que no cambiaba el modelo de financiamiento ni aumentaba los fondos disponibles para Cataluña.
La agencia tributaria
Aunque no se concretó el consorcio, sí se creó la Agencia Tributaria de Cataluña en 2007 para gestionar tributos propios y cedidos. No obstante, esta agencia no llega a recaudar más del 9% de los impuestos que pagan los catalanes, en contraste con la propuesta original del Estatuto.
La postura actual de ERC
ERC mantiene su demanda de un concierto económico y no se conforma con la propuesta del consorcio renacido por el PSOE. Los negociadores catalanes insisten en la necesidad de que Cataluña salga del régimen común de financiamiento para tener un modelo similar al del País Vasco y Navarra.
Cambio en el modelo de financiamiento
El gobierno de Pere Aragonès ha planteado una propuesta de financiamiento singular que incluye una contribución al fondo de reequilibrio territorial, una oferta no bien vista por Junts. Sin embargo, ERC y Junts consideran que es constitucionalmente viable un modelo similar al del País Vasco y Navarra basado en el artículo 150.2 de la Constitución.
El desafío del financiamiento
El financiamiento siempre ha sido un tema espinoso en las negociaciones entre el gobierno central y la Generalitat. ERC necesita un triunfo contundente en este punto para convencer a sus militantes de apoyar la investidura de Salvador Illa. El plazo para alcanzar un preacuerdo, según ERC, está cerca de finalizar, con un ultimátum fijado para el final de mes.