Un nuevo capítulo en transformación territorial
La costa Marina Alta se enfrenta a un nuevo desafío urbano con el Proyecto Pego Golf. Esta iniciativa, que se suma a otros desarrollos como los de La Bordreta y La Llobella, promete transformar la región con la construcción de más de 2,500 casas, hoteles, un campo de golf y una equitación. Esta expansión, promovida por las construciones hispano germeras, se ubicará en un área que actualmente alberga naranja y está cerca del pantano Pego-Oliva, un ecosistema de valor ecológico significativo, pero enfrenta una alta presión urbana.
Impacto ambiental y preocupaciones de la comunidad
María José, una activista de la Asociación Pego VIU, ha expresado su preocupación por el impacto ambiental del proyecto, señalando que su declaración de impacto ambiental ha expirado desde 2012 y no aborda las áreas de inundación que podrían afectar la nueva urbanización. A pesar de esto, el gobierno municipal, dirigido por el PSOE, defiende el proyecto, argumentando que su cancelación podría generar altos costos para el consistorio.
La respuesta del vecindario y la organización social
En respuesta a las preocupaciones generadas, los vecinos de Pego han formado la Asamblea Guaitem La Terra, una plataforma dedicada a informar y movilizar a la comunidad contra el PAI. Josep, uno de los miembros, ha demostrado que la desclasificación de la tierra no implicaría costos para las personas, ya que el promotor no ha realizado inversiones significativas que justifiquen la compensación.
Preocupaciones sobre los recursos hídricos y la vivienda
Una de las críticas más importantes contra el PAI es su posible sobrecarga de recursos hídricos. Con la construcción de tantas casas nuevas, Josep advierte que la demanda de agua podría exceder la capacidad actual, afectando el suministro y el aumento de las aguas residuales, a riesgo de contaminar el pantano.
Efectos socioeconómicos negativos
El Grupo Garrot ha expresado su preocupación sobre cómo el proyecto puede contribuir a un modelo económico basado en el turismo residencial, lo que trasladará la economía local a un enfoque de servicio de los visitantes, afectando negativamente el acceso a la vivienda para la población nativa y al aumento de los precios. Esto podría conducir a un empobrecimiento mayor en la comunidad, con una tasa de pobreza que ya es del 25,2%.
Movilización propuesta y alternativas
Para contrarrestar este modelo, la Asociación Pego VIU propone una serie de políticas que priorizan las necesidades locales, como la mejora en la gestión de residuos y agua, y el apoyo al comercio local y la agricultura. Josep concluye con la idea de que la responsabilidad de encontrar alternativas es en aquellas que gobiernan, pero no aceptarán que se sacrifique el patrimonio natural y cultural de la comunidad.