El reclamo de memoria
Joan-Carles Melich, filósofo y profesor de la UAB, recientemente ha puesto sus pensamientos sobre Auschwitz nuevamente sobre la mesa con la reedición de su libro ‘La lección de Auschwitz’, originalmente publicado hace un cuarto de siglo. Esta reedición coincide con el octavo aniversario de la liberación de los campos nazis, un tiempo que nos obliga a reflexionar sobre las responsabilidades individuales y colectivas durante el Holocausto.
Filosofía como reflejo del presente
Melich enfatiza que la filosofía debe centrarse en temas que afectan el presente, en lugar de llegar a comentar sobre los asuntos actuales. Para él, Auschwitz no es solo un recuerdo histórico, sino un reflejo constante de la condición humana y una advertencia de las posibilidades del mal en nuestra sociedad actual.
La Naturalesa del Mal
En su trabajo, Melich analiza la tendencia de la filosofía a abordar temas como el bien y la belleza, mientras que el mal a menudo está a la sombra. Argumenta que la experiencia del mal es ubicua, y que Auschwitz, con su brutalidad, sirve como un ejemplo radical de las profundas fisuras en la naturaleza humana.
Auschwitz con universal repte
Melich afirma que la lección de Auschwitz trasciende las fronteras nacionales y étnicas. Su mensaje es que la historia debe ser un recordatorio constante que nos promueve actuar contra las injusticias contemporáneas. A medida que la extrema derecha gana terreno en muchos lugares del mundo, el autor nos invita a reconocer los peligros de la indiferencia.
La fragilidad del humanismo
En su análisis, Melich critica el humanismo por su incapacidad para reconocer los signos premonitorios del mal. Su reflejo nos recuerda que los perpetradores del Holocausto eran personas comunes, y que el verdadero peligro radica en la normalización de la violencia y la indiferencia.
Construyendo una ética de la memoria
El autor enfatiza la importancia de la educación en la memoria histórica, diferenciando entre la memoria académica y testimonial. La voz de los sobrevivientes, como Primo Levi, es esencial para mantener vivos la conciencia sobre los horrores del pasado.
El rollo de indiferencia
Melich recuerda que la indiferencia es uno de los grandes males de la sociedad actual. La figura del funcionario que ejecuta órdenes sin cuestionar las consecuencias es un recordatorio inquietante de cómo el mal puede ser facilitado con la pasividad.
Desafíos para la ética actual
El filósofo propone una «ética de la situación», que reconoce que las decisiones no siempre pueden basarse en principios absolutos, pero deben ser adaptativos y compasivos. Esta forma de ética exige una respuesta activa al sufrimiento de otras personas, una reflexión que es crucial frente a los desafíos éticos del mundo contemporáneo.
Melich concluye que la memoria y la reflexión crítica no son solo actos conmemorativos, sino que son necesidades urgentes para evitar que el pasado se repita nuevamente. Nuestra responsabilidad colectiva es construir una sociedad que aprenda de los errores del pasado y luche contra cualquier forma de maldad que pueda surgir en el presente.