Una nueva iniciativa comunitaria
El Ayuntamiento de Reus ha comenzado una acción innovadora que involucra la recolección de naranjas de los 174 árboles plantados en las carreteras públicas de la ciudad. Esta cosecha se utiliza para la producción de JAM, que se distribuirá a través de la despensa social del Centro Social El Roser, así como los regalos institucionales para la ciudadanía.
Colaboración para un objetivo común
Esta iniciativa es el resultado de una colaboración entre el área de servicios para las personas y los derechos sociales y el Departamento de Carretera Pública, con la coordinación de la Fundación Espigoladores a través del proyecto ‘Urban (Eat) en’. El objetivo es identificar y aprovechar los frutos de los árboles urbanos, promoviendo la gestión sostenible e inclusiva de los recursos alimentarios disponibles en la ciudad.
El futuro del uso urbano
Además de las naranjas, la reunión de olivos de los olivos en el territorio ya está siendo planificada, con la intención de producir aceite para el comedor social, así como el uso de algarrobos.
Múltiples beneficios de la cosecha
En las últimas semanas, las brigadas municipales han trabajado intensamente en la cosecha de esta fruta con dos objetivos fundamentales: por un lado, para minimizar el impacto de las naranjas caídas en la limpieza de la ciudad y, por otro, para garantizar que las cajas de frutas lleguen al centro social El Roser para su uso.
Resultados hasta ahora
Hasta la fecha, se han recopilado alrededor de 1,000 kg de naranjas, que se transformarán en amortiguación de naranja amarga gracias a la Fundación Espigoladores, en colaboración con la compañía de colocación de empleo de IM-IM-IM.
Opiniones de los gerentes de proyecto
Anabel Martínez, concejal del área de servicios para personas y derechos sociales, enfatiza que «esta iniciativa convierte las naranjas que hasta ahora se desperdiciaron en un producto útil». También enfatiza que este proyecto contribuye a la lucha contra el desperdicio de alimentos.
Por su parte, Daniel Marcos, concejal de carreteras públicas, agrega que «el uso de esta fruta es parte de una estrategia de economía social y solidaria, al tiempo que ofrece soluciones a los problemas de tierra que pueden generar estas frutas».
Un modelo para otras ciudades
‘Urban (Eat) en’ se presenta como un modelo pionero que busca transformar el uso de alimentos en las ciudades, según la identificación y el uso de los frutos de los árboles urbanos, fomentando así un sistema alimentario más sostenible e inclusivo.