Revolución Digital: Feminismo y Datos como Herramienta de Cambio Social

La Intersección entre Tecnología y Feminismo

Catherine de Ignazio, ingeniera de software e investigadora, se dedica a transformar la forma en que recogemos y analizamos datos sobre feminicidios. Su enfoque no sólo busca sistematizar la información, sino también humanizarla, movilizando así a la sociedad para defender derechos fundamentales. Profesora asociada en el Instituto Tecnológico de Massachusetts y autora de ‘Contando feminicidios: feminismo de datos en acción’ (2024), D’Ignazio propone un feminismo de datos que abra nuevas vías para la acción política.

¿Qué es el Feminismo de Datos?

El feminismo de datos se plantea como una pregunta fundamental: ¿cómo aplicar la ciencia de datos con una perspectiva feminista? En un mundo donde los datos son cada vez más poderosos y se convierten en un capital, es esencial entender cómo estos pueden ser utilizados para la justicia social. De Ignazio destaca que las empresas que manejan grandes volúmenes de datos, como Google o Facebook, han encontrado en éstas una fuente de riqueza, lo que genera preocupaciones sobre la privacidad y la ética en su recopilación.

La Importancia de la Investigación Ética

Con una formación en programación y una pasión por la tecnología, D’Ignazio reflexiona sobre cómo las nuevas herramientas digitales pueden ser utilizadas para construir un mundo más justo, en el que los derechos de todas las personas, incluyendo las comunidades LGBT y racializadas, sean garantizados. Ella propone que la investigación debe partir de un análisis del poder para crear alternativas que beneficien a las comunidades marginadas.

Hackatones Feministas: Creación de Nuevas Herramientas

Los hackatones feministas son un ejemplo de cómo crear un espacio para abordar temas a menudo ignorados en la tecnología. Estos eventos han generado herramientas para la salud reproductiva y la justicia racial, con un enfoque en la creación de espacios seguros e inclusivos para mujeres y niños.

Recogida de Datos: Un Acto de Resistencia

Desde los años ochenta, grupos de mujeres han estado recopilando datos sobre feminicidios. Hoy, más de 190 colectivos en todo el mundo lo hacen, desafiando las cifras oficiales y las políticas gubernamentales. De Ignazio destaca el trabajo de Maria Salguero en México, quien ha dedicado esfuerzos a recopilar información que a menudo es ignorada por las autoridades.

Humanizando los Datos

Las organizaciones que trabajan con datos sobre feminicidios buscan constantemente humanizar estas cifras. Acciones como la exposición de sillas vacías en Argentina sirven para recordar a las víctimas y visibilizar la gravedad de este fenómeno. De esta forma, los datos se convierten en una herramienta poderosa para la concienciación social.

Construyendo un Futuro Sin Violencia

La violencia machista presenta patrones diversos según la región y los grupos feministas están trabajando para ampliar las definiciones legales de feminicidio. A través de la recopilación de datos, se busca evidenciar la violencia estructural que sufren las mujeres, así como presionar por cambios en las políticas públicas.

Una comunidad global de práctica

De Ignazio destaca la importancia de crear una comunidad de práctica entre activistas de distintos países, para compartir conocimientos y recursos. Esta colaboración es esencial para la construcción de un ecosistema de tecnología que responda a las necesidades de las comunidades afectadas.

Un Camino Hacia la Transformación

El verdadero objetivo de la recopilación de datos no es sólo registrar cifras, sino movilizar esa información para provocar cambios. Las activistas necesitan recursos para comunicar sus hallazgos de forma efectiva, ya sea a través de informes o de movilizaciones sociales.

Reflexiones Finales sobre la Acción Colectiva

La labor de D’Ignazio y sus compañeras es un ejemplo de cómo la tecnología puede ser utilizada para promover la justicia social. Mientras que las empresas buscan apropiarse de sus datos, es fundamental construir alternativas que pongan la tecnología al servicio del bien común. El cambio es posible si se aprovechan los datos para identificar y combatir las desigualdades.

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