El testimonio de un exadministrador
Claude Palmero, quien gestionó los bienes de Alberto II de Mónaco durante dos décadas, ha decidido romper el silencio y compartir sus experiencias, provocando una ola de turbulencias dentro de la Familia Real. Sus afirmaciones no sólo abordan aspectos económicos, sino que también destapan secretos ocultos de la vida palaciega, incluyendo la figura de la princesa Carolina.
Carolina: La heredera perdida
Carolina, la hija mayor de Rainier y Grace Kelly, fue considerada la legítima heredera del trono durante los primeros meses de su existencia. Sin embargo, la llegada de Albert modificó las dinámicas de la sucesión, relegándola a un segundo plano por la imposición de la ley agnaticia. El príncipe Rainiero, consciente de las limitaciones de su hijo, lamentó no haber revisado las normas que gobernaban la sucesión.
Tensiones familiares
Palmero revela que la relación entre Rainier y Albert fue marcada por la desconfianza. El padre nunca vio a su hijo como un líder adecuado para el principado, considerándole poco comprometido con las responsabilidades de su cargo. Estas tensiones se vieron acentuadas por la falta de interés de Albert en asuntos de estado y su reticencia en casarse.
La controvertida proposta de Rainier
Ante sus preocupaciones sobre el futuro de la dinastía, Rainier contempló la posibilidad de designar a Carolina como heredera, a condición de que ésta renunciara al trono en favor de su hijo, Andrea. Este plan, confirmado por documentos legales, revela las intenciones ocultas del príncipe y su colaboración con Carolina, que fue vista como traición a Alberto.
La reacción de Albert
Consciente de los planes de su padre, Albert tomó medidas para reforzar su posición dentro de la línea de sucesión. Pese a la presión ejercida por Carolina y Estefanía, logró mantenerse firme y asumió el trono tras la muerte de Rainier en el 2005.
Lucha por el poder
Con el ascenso de Albert, sus hermanas intentaron influir en las finanzas del principado, pidiendo incrementos en sus asignaciones. Cuando el gestor financiero, Palmero, rechazó sus solicitudes, las princesas orquestaron su expulsión de la corte, desencadenando una crisis sin precedentes.
Escándalos en la prensa
En respuesta a su expulsión, Palmero empezó a desvelar secretos financieros y particulares de la familia Grimaldi. Sus filtraciones culminaron con artículos impactantes en ‘Le Monde’, poniendo al descubierto las luchas internas y las intrigas que han marcado la historia del Principado, dejando a la Familia Real en una situación delicada.