Varias vocaciones, un llamamiento
Cada uno de los seminaristas tiene una historia vocacional única, pero todos ellos convergen en un mismo llamamiento. Joan Piñol, uno de los seminaristas, explica que sus experiencias vocacionales son distintas, pero al final se unifican en un mismo llamamiento. Javier Casals, otro seminarista, afirma que en la diócesis de Barcelona existen diversas realidades de Iglesia que han influido en su vocación.
Un llamamiento inesperado
La historia de Juan comienza en una familia que no era particularmente religiosa. Fue durante su tiempo en el colegio cristiano Manyanet Les Corts que tuvo un encuentro con Dios. Fue en la iglesia de Nuestra Señora de Belén, en la Rambla de Barcelona, donde experimentó claramente la existencia de Dios.
Una vocación familiar
En el caso de Javier, su familia era ya cristiana y practicante. Fue en el Colegio Viaró, una obra corporativa del Opus Dei, donde recibió una formación cristiana que fue fundamental para su discernimiento vocacional.
Una decisión de por vida
Tanto Juan como Javier tomaron la decisión de ingresar en el Seminario de Barcelona después de completar sus estudios universitarios. Para ellos, la llamada al sacerdocio implica un compromiso de por vida. Con sus debilidades y fortalezas, han dicho sí al Señor para siempre.
Una cultura vocacional
Los seis seminaristas que serán ordenados diáconos el 16 de junio en la Sagrada Família han completado una etapa formativa de seis años en el Seminario Conciliar de Barcelona. Durante estos años han aprendido mucho de la gente, especialmente de los matrimonios, que tienen una vocación de entrega muy importante.
Sembradores de esperanza
Con la vista puesta en el Año de la Esperanza 2025, los nuevos diáconos se sienten llamados a ser sembradores de esperanza. Su servicio como diáconos y futuros sacerdotes es suscitar la vida de la gracia en el corazón de las personas.