Una solución discreta
¿Cada vez que vas a un restaurante oriental acabas pidiendo un tenedor porque te es imposible apañarte con los palillos? Además, ¿eso te da un poco de vergüenza y te sientes frustrado porque parece que eres la única persona que no es capaz de comer con los clásicos palillos? Sigue leyendo y podrás tachar un nuevo reto de tu lista.
Los trucos secretos para comer con palillos
Hace tiempo que se comercializan unas especias de gomas para ayudar a los más pequeños de la casa a aprender a espabilarse. El problema de este invento es que suele ser algo llamativo. Entre las formas de animales que suelen tener y los colores llamativos que escogen, es difícil pasar desapercibido al sacar uno de ellos de la bolsa y empezar a utilizarlo. Por muy discreto que seas.
Pero ahí va la solución. Un truco inspirado en estos artefactos, pero adaptados a la vida adulta, es decir, mucho más discretos. Sólo necesitas una servilleta de papel. Si estás en un restaurante más elegante y tienes una servilleta de tela, no te agobies, siempre puedes sustituirlo por un pañuelo de papel.
Extenderlo sobre la mesa en forma horizontal y colocar los palillos encima también en horizontal y con los extremos superiores separados por un dedo, más o menos. Enrolla la servilleta como si los envolvieras y asegúrate de que quedan bien sujetas. Dobla a los palillos y notarás cómo quedan unidos por la servilleta, tal y como quedan con el invento para los niños, pero mucho menos estridente.
Segundo nivel
Cuando hace ya un tiempo que manipulas los palillos y consigues no llenar todo arroz ni que las gyozes salgan volando, es hora de pasar al siguiente nivel. El truco principal y la base para conseguirlo es tomarlos por la parte ancha. Tendemos a cogerlos por debajo porque creemos que así tenemos más control sobre lo que tomamos, pero no es así.
Otro consejo es colocar al inferior en el espacio existente entre el pulgar y el índice y no moverlo. Este palito siempre es fijo y puedes confiar en el dedo pequeño para bloquearlo. Por su parte, será el superior el que realice todo el trabajo. Éste debe estar situado en los extremos del índice y el pulgar, siempre en paralelo al palillo inferior. Empieza con platos que estén compuestos de trozos medios para que sea más fácil pinzarlos y llevarlos hasta la boca. Y recuerda, todo es práctica.
¿Por qué los palillos?
Esta pregunta te la harás cada vez que te caiga algo de comida y tiene una respuesta. O algunas, dependiendo de las fuentes. Pero la más extendida es que los palillos se inventaron mucho antes que el tenedor y cuando nuestros cubiertos tradicionales llegaron a la antigua China, éstos estaban tan acostumbrados a sus palillos que decidieron seguir igual.
Además, la forma de cocinar de los asiáticos no entra en conflicto con los palillos, ya que lo sirven todo en trozos pequeños. Esto no sería posible con nuestro recetario, en el que abundan los guisos de cuchara o se sirve la carne en un solomillo que el comensal corta a medida que come. Nuestra suerte hoy es poder darnos el lujo de comer con cuchara un buen guiso y cenar un poco de sushi con unos palillos. Lo mejor de cada casa.