Un año de cambios en la seguridad laboral
Hace un año, la tragedia de la cocinera Núria en la prisión de Mas d’Enric marcó una de antes y después en la seguridad de los trabajadores de la prisión. Este incidente, causado por un recluso, desencadenó un ondas de olas que resonó en los campos laborales y sociales, destacando las vulnerabilidades del sistema.
Movilizaciones y demandas
La indignación generada por el asesinato condujo a movilizaciones masivas y una ruptura en las relaciones entre los funcionarios de la prisión y el Departamento de Justicia. A pesar de la firma de un acuerdo laboral que incluía medidas de seguridad, la demanda de implementación completa de estas medidas persiste entre los sindicatos.
Acuerdos laborales y seguridad
Los trabajadores de UGT han confirmado que los acuerdos firmados se han cumplido, pero reclaman la aplicación de todas las medidas acordadas. En contraste, otros sindicatos como CSIF y Blue Tide continúan exigiendo más acciones para garantizar la seguridad.
Compromiso del Departamento de Justicia
En una Ley Conmemorativa en la Prisión Mas D’Erric, el Departamento de Justicia ha reafirmado su dedicación a la seguridad laboral, al tiempo que promete garantizar los derechos de los reclusos. Las entidades que han estado en contacto con la ACN reconocen un cambio positivo en la actitud del ministerio, aunque solicitan una acción más decidida.
Mejoras en la plantilla
Una de las medidas más destacadas es la creación de aproximadamente 800 nuevos empleos que contribuirán a una mayor presencia de funcionarios en varios campos, lo que aumenta la seguridad. Montse Balaguer de UGT enfatizó que esta extensión es crucial para generar confianza entre los trabajadores.
Revisión de protocolos de seguridad
La Dirección de Justicia anterior prometió revisar los protocolos de seguridad en áreas de riesgo, pero el nuevo consejero, Ramon Asehaler, ha ido más allá, prohibiendo a los reclusos de crímenes violentos trabajar en lugares peligrosos. Esta decisión ha sido bienvenida por los trabajadores, aunque ha generado críticas de algunas organizaciones.
Medidas de seguridad adicionales
Se han introducido medidas como la restricción sobre el uso de instrumentos peligrosos en cocinas y talleres, así como la reubicación de 359 reclusos. Además, se ha propuesto la implementación del botón de emergencia y las medidas contra drones que pueden introducir sustancias ilegales en las instalaciones.
Desafíos para el futuro
A pesar de los avances, los trabajadores continúan exigiendo mejoras. La propuesta de introducir aerosoles para disuadir la violencia entre los reclusos ha sido rechazada, aunque algunos sindicatos creen que sería una herramienta útil. La discusión sobre la dispensación y el tráfico de medicamentos dentro de las prisiones también está abierta.
Visión futura
Los trabajadores en el sector expresan la necesidad de un mayor reconocimiento como agentes de autoridad y solicitan que las mejoras sean efectivas de inmediato. Alberto Gómez de CSIF enfatizó que solo se necesita una voluntad política para implementar estas medidas, algunas de las cuales podrían ser impopulares pero efectivas.
La voz de los trabajadores
Finalmente, la perspectiva de Francesc de Marea Blue refleja un cierto desencadenante para el acuerdo alcanzado, con la creencia de que todavía hay un largo camino para garantizar los derechos laborales y la seguridad de los trabajadores de la prisión.