Una noche estrellada excepcional
Este año, los entusiastas de la astronomía están de enhorabuena, ya que las Eta Acuáridas ofrecerán un espectáculo celestial extraordinario. La ausencia de la Luna durante su máximo permitirá una observación óptima de esta lluvia de meteoros, que alcanzará su punto álgido entre el 5 y el 6 de mayo.
Un fenómeno cósmico desde el trópico
Las Eta Acuáridas son un fenómeno visible anualmente entre abril y mayo. Su observación es más favorable en latitudes tropicales, como las paradisíacas islas Canarias, y en el hemisferio sur. Sin embargo, también pueden ser disfrutadas en el hemisferio norte.
El legado del cometa Halley
Estas fascinantes estrellas fugaces están íntimamente ligadas al famoso cometa Halley, al igual que las Oriónidas, que hacen su aparición en octubre. Los meteoros de las Eta Acuáridas exhiben una actividad notable, con una frecuencia de entre 40 y 85 meteoros por hora, y una velocidad impresionante de aproximadamente 66 kilómetros por segundo, según el Observatorio Astronómico Nacional.
Un espectáculo visible desde la medianoche
Para los observadores situados en latitudes medias, el radiante de las Eta Acuáridas se eleva sobre el horizonte aproximadamente cuatro horas después de la medianoche y permanece visible hasta el amanecer.
Fragmentos del cometa Halley
Estos meteoros son fragmentos del cometa 1/P Halley, que completa su órbita alrededor del Sol cada 76 años. La última vez que este cometa fue visible desde la Tierra fue en 1986. Cada año, en esta época, nuestro planeta atraviesa un anillo de escombros desprendidos del Halley.
El origen de las estrellas fugaces
Cuando estos fragmentos, conocidos como meteoroides, entran en contacto con la atmósfera terrestre, se calcinan por la fricción, produciendo el resplandor luminoso que conocemos como meteoro o estrella fugaz. El cometa Halley también es responsable de otra lluvia de meteoros, las Oriónidas, que alcanzan su máximo alrededor del 21 de octubre.
El radiante: el punto de origen
Cada lluvia de meteoros parece originarse en un punto específico en el cielo, denominado radiante. El radiante de las Eta Acuáridas se encuentra en la estrella Eta de la constelación de Acuario.