Devastación de Dana: un recuerdo que dura
El 29 de octubre, una fuerte tormenta devastó la provincia de Valencia, dejando un rastro de destrucción y pérdida irreparables. Muchos municipios fueron afectados, con familias que sufrieron la pérdida de bienes materiales y, desafortunadamente, también viven.
Frederic López: un vecino con una vocación solidaria
Ante esta calamidad, Frederic López, residente de Banyeres de Mariola, sintió la necesidad de actuar. Sin pensarlo dos veces, dedicó sus días a ayudar a limpiar las tareas en las aldeas de Paiporta, Algemesí y Catarroja. «Era un deber moral», dijo, mientras se preparaba para volver a su trabajo habitual.
La iniciativa Panettons: una solución dulce
Con la llegada de las vacaciones de Navidad, Frederic concibió una idea que combinaba su pasión por la panadería con el deseo de ayudar. Por lo tanto, lanzó una campaña de Panettons solidarias en su panadería, ‘Federico, Forn de Pa’, con la intención de asignar las ganancias a las entidades que ayudaron a los afectados por la catástrofe.
Una respuesta comunitaria sin precedentes
Su propuesta fue bienvenida con entusiasmo por el vecindario, y la producción superó las expectativas: 150 panetones en un año normal, produjeron más de 600. Este esfuerzo permitió recolectar más de 10,000 euros, que se asignaron a diversas asociaciones y necesidades.
Un impacto que trasciende las fronteras
Además de los Panettons, Frederic organizó una fila 0 que recaudó 2.850 euros de donaciones internacionales, incluidas las contribuciones de Suiza. Los fondos han llegado a varias organizaciones, incluidas las asociaciones de la diversidad funcional y los grupos agrícolas.
Continuando con la misión de solidaridad
Aunque la producción de Panettons se ha reducido, Frederic mantiene su misión de caridad, manteniendo los ingresos de las donaciones, por pequeños que sean. Además, su familia también ha contribuido, distribuyendo 1.500 panes y dulces a Catarroja, ayudando así a los más necesitados.
El poder de la solidaridad en tiempos de crisis
La historia de Frederic es un ejemplo inspirador que ilustra el poder de la comunidad en tiempos de crisis. Su acción solidaria refuerza la idea de que, como dice el dicho, «solo la gente salva a la aldea». En un momento en que la desesperación podía dominar, la generosidad y la colaboración surgieron como un faro de esperanza.