Un hecho histórico relevante en Cataluña hace 562 años

Contexto histórico

Tal día como hoy del año 1462, hace 562 años, en Zaragoza y en el contexto de la Guerra Civil catalana (1462-1472) y de la Revolución Remença (1462-1485); el rey Juan II de Cataluña y de Aragón, firmaba la confirmación del tratado de que los representantes de las cancillerías de Barcelona y de París habían firmado dos semanas antes (9 de mayo de 1462) en la villa vascofrancesa de Bayona. Según este tratado, el rey Luis XI de Francia se comprometía a prestar ayuda militar a Juan II para derrotar a la aristocracia catalana, que se había rebelado contra el estamento real a causa de las políticas autoritarias (contrarias a la tradicional cultura pactista catalana de raíz feudal) implantadas por los Trastámara desde su llegada al trono de Barcelona (Ferran I, 1412).

El tratado y sus consecuencias

El coste de esta ayuda militar se cuantificaba en 200.000 escudos de oro más sus intereses, calculados a un 33%, que hacían que la deuda final fuese de 300.000 escudos de oro (el equivalente a 900 millones de euros) . Las partes negociadoras pactaron que, en garantía de pago de esa ayuda, Juan II cedía a Luis XI la soberanía y las rentas temporales sobre los condados de Rosellón y de Cerdaña. Una vez ratificado el acuerdo por los dos monarcas, el ejército francés, dirigido por el Gastón de Foix —capitán general del Languedoc y yerno de Juan II—; ocupó el Rosellón y la Cerdanya (agosto, 1462). Pero la población rosellonesa y ceretana no lo aceptó y empezaron un escenario de rebelión permanente que desgastaría enormemente a las tropas de empleo.

El desguace del régimen feudal

La alianza entre Juan II y los remences derrotó a la aristocracia latifundista catalana, y Cataluña fue el primer país de Europa que inició el desguace del régimen feudal. Sin embargo, Juan II nunca pagó aquella deuda y la ocupación francesa sobre el Rosellón y la Cerdaña se alargó hasta más allá de su muerte, cuando su hijo y sucesor Fernando II —el Católico— pactó el reintegro de los condados norte-pirenaicos en Cataluña (Tratado de Barcelona, ​​1493); a cambio de que la monarquía hispánica no intervendría en la ocupación francesa y el destronamiento de los Trastámara napolitanos. Fernando II tampoco respetó aquel pacto, y ocupó y expulsó de Nápoles (1504) a Luis XII de Francia (el hijo y sucesor del usurero de Bayona).

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