El legado de un pionero de jazz
El Jazz del Mundo de Barcelona ha sido testigo de momentos inolvidables, y uno de los más prominentes es, sin duda, el fenómeno que ha tenido lugar en el hombre del jazz. Todos los lunes, durante más de veinte años, este pequeño y acogedor bar a la derecha de la muestra se ha convertido en un punto de encuentro para los amantes del jazz, con el pianista Pere Ferré como la figura central. Su música, un reflejo de elegancia y precisión, ha cautivado a generaciones de músicos.
Pere Ferré: una trayectoria excepcional
Nacido en Cornellà de Llobregat en 1931, Ferré ha compartido el escenario con leyendas de jazz como Perry Robinson y Tete Montoliu. Su experiencia cubre desde el comienzo del Jamboree hasta habitaciones icónicas como el Saratoga, donde dejó su huella con su estilo inconfundible. En un libro reciente de Pere Pons, Ferré comparte sus experiencias y nos transporta a un pasado lleno de música y amistades.
Una celebración de música en vivo
Su 94 aniversario ha sido marcado por un evento excepcional en el Jamboree, moviendo el espíritu de Jazz Man a una nueva habitación. Con una audiencia llena de energía, Ferré ofreció una actuación memorable, acompañada de talentos como Piero Cozzi en el Sax y Pep Rius en el bajo doble. El repertorio, una selección de estándares de jazz, vibró a la audiencia con piezas como ‘de la nada’ y una versión emocional de ‘Bésame Mucho’.
La esencia del jazz en cada nota
La interpretación de Ferré se centró en la autenticidad, sin marcas de agua complicadas, pero con el ritmo y la improvisación que caracterizan el jazz. Cada solo, desde el saxofón hasta el bajo doble, contribuyó con un sabor especial a la noche, culminando en una interpretación de la clásica ‘muñeca satinada’ que cautivó todo presente. La química entre los músicos era palpable, creando una atmósfera mágica que hizo que la música flote en el aire.
Una noche para recordar
David Toribio, el creador de Jazz Man, sonrió satisfecho cuando vio que su proyecto era un éxito rotundo. La conexión entre Ferré y la audiencia era genuina; Con un toque de humor, invitó a todos a reunirse nuevamente pronto. Su presencia en el escenario no es solo un recordatorio de su talento, sino también de la importancia de preservar la tradición del jazz, un género que continúa evolucionando sino que, gracias a artistas como él, nunca olvidará sus raíces.