Un Festival que Resiste la Tormenta
Con una valentía admirable frente a las adversidades del mundo actual, el Festival de Torroella de Montgrí se ha convertido en un espacio de resiliencia artística, presentando actuaciones que cautivan y sorprenden. El 16 de agosto, la histórica iglesia de Sant Genís acogió la primera actuación del colectivo belga Graindelavoix, quien ofreció un programa centrado en las polifonías del Renacimiento, titulado ‘Lamentos de David por Jonatán y Absalón’.
Un Mosaico de Voces y Emociones
Este concierto, enmarcado en las lamentaciones del legendario rey David, transmitió la profunda pena del monarca por la pérdida de sus seres más queridos, Jonatán y Absalón. Ambas figuras, víctimas de la guerra, sirvieron de inspiración para una selección de motetes que resonaron con gran intensidad emocional.
La Reinvención de Clásicos Renacentistas
El repertorio incluyó obras de compositores menospreciados del ‘cinquecento’, como Pierre de la Rue y Nicolas Gombert, así como de autores españoles y británicos de la época isabelina. Los asistentes pudieron disfrutar de un viaje sonoro que hizo del latín la lengua dominante, con el inglés como segunda opción, en un concierto que desafió a las expectativas.
Un Escenario Mágico e Innovador
La presentación fue igual de fascinante, con los cantantes, vestidos de forma variada, formando un círculo mágico en el interior de la nave gótica, iluminados sólo por cinco bombillas que creaban un ambiente casi etérico. Esta escenografía reforzó la idea de que la música era la verdadera protagonista de la noche.
Un Director Carismático
Björn Schmelzer, el director y fundador de Graindelavoix, guió a los intérpretes con una pasión contagiosa, convirtiéndose en un verdadero conducto entre la música y el público. Su dedicación y visión artística hicieron que cada nota cobrara vida, elevando la experiencia a niveles de trascendencia.
Un Viaje a través de las emociones
El concierto se estructuró en tres secciones, cada una con su propio tono emocional. Los ‘Laments per Absalom’ abrieron la velada con belleza y serenidad, seguidos de los ‘Laments per Jonatan’, que exploraron tensiones más profundas. Por último, los ‘Lamentos finales por Absalón’ culminaron la actuación con una sensación de reconciliación y esperanza.
La Música como Reflexión del Dolor
Cada sección permitió a los oyentes conectar con el dolor y la soledad, al tiempo que exaltaba el poder de la música como forma de expresión y sanación. La interpretación fue tan poderosa que el público, embriagado por su experiencia, pidió un bis, que fue atendido con un último regalo musical.
Un Festival que Continúa Brillante
Con la promesa de más actuaciones hasta el 22 de agosto, el Festival de Torroella se perfila como un evento inolvidable, un espacio en el que la música y las emociones se fusionan para crear recuerdos que perduran en el tiempo.