Un concierto inolvidable
El Palau de la Música fue el escenario de una noche excepcional el 3 de abril de 2025, con la soprano Serena Sáenz y el guitarrista Pablo Sainz-Villegas, ofreciendo una actuación que fusionó la esencia de la música clásica con energía contemporánea.
Serena Sáenz: Una Soprano en Ascens
El joven artista de Barcelona, con una voz que promete evolucionar y madurar con el tiempo, abrió el concierto con una delicada interpretación de una canción de Francesca Caccini. Su actuación, marcada por una frescura y una naturaleza que cautivó, hizo que la audiencia se sintiera inmediatamente conectada con su arte.
Un repertorio diversificado
El programa fue una amalgama de piezas, incluidas canciones de Ferran Sor y Vicent Martín I Soler, así como adaptaciones de la ópera clásica. La primera parte, con una selección más accesible, preparó el terreno para un segundo acto que requirió más técnica vocal.
Innovación musical: estrenos y clásicos
Uno de los aspectos más destacados fue el estreno de tres de las cuatro postales para la guitarra de Albert Guinovart, creada específicamente para Sainz-Villegas. Las piezas, inspiradas en ciudades como Granada y Nápoles, se interpretaron con una sensibilidad que resonó la atmósfera cultural de estas localidades.
Interpretaciones que revisaron
El concierto continuó con una serie de canciones populares de Federico García Lorca, que fueron recibidas con entusiasmo por el público. La interpretación de Sáenz se destacó por su capacidad para inyectar emoción en cada nota, creando una atmósfera íntima y vibrante.
Un viaje a través de la ópera
La segunda parte del concierto incluyó exquisitos arreglos de Ferran Sor de varias arias de ‘Don Giovanni’, que se realizaron con una hermosa Picardy. Además, la soprano presentó canciones de otros compositores, cada una con su propio carácter y complejidad.
Una final apotética
La noche culminó en una interpretación de ‘Alfonsina y El Mar’, que, a pesar de la intensidad emocional, requería una sutileza que no siempre se logró. Esta pieza, que cuenta una historia trágica, es un desafío para cualquier cantante, y Sáenz mostró su potencial y su pasión, dejando una impronta memorable en los asistentes.
Reflexiones finales
Con una audiencia emocionada y un escenario lleno de talento, el concierto fue un recordatorio del poder de la música para conectar emociones y culturas. La Unión de la Voz de Sáenz y la guitarra de Sainz-Villegas ofrecieron una experiencia única, insinuando un futuro prometedor para ambos artistas en la escena musical internacional.