Una nueva etapa para las hermanas Clarisas
Con un sentimiento de melancolía y esperanza, las hermanas Clarisas del monasterio de Santa María de Pedralbes han anunciado su marcha programada para el 15 de febrero. La comunidad, que ha estado presente en Barcelona durante siete siglos, se está preparando para un cambio significativo en su misión y vida diaria.
El desafío de la continuidad
La decisión de abandonar el monasterio se debe principalmente a la falta de alivio generacional. En las últimas tres décadas, ningún joven ha considerado la vida monástica como una opción viable. Las hermanas esperan que esta situación inspire a las generaciones futuras a explorar el camino espiritual y revitalizar sus comunidades con su fe.
Un mensaje de esperanza
El comunicado de las hermanas refleja el deseo de mantener vivo el espíritu de la comunidad, diciendo que, aunque abandonan físicamente el monasterio, la esencia de su misión durará a través de las oraciones y las buenas acciones tomadas durante su estadía en Barcelona.
Compromiso con la comunidad
El arzobispo de Barcelona ha confirmado que las celebraciones religiosas continuarán a medida que se hayan hecho hasta ahora, asegurando que la vida espiritual del área no se vea afectada por esta transición. También se han comprometido a mantener las actividades culturales y artísticas que han caracterizado el monasterio.
Un proceso reflexivo y meditando
Desde 2020, la comunidad ha estado explorando varias opciones para garantizar su continuidad. Después de un período extenso de reflexión y discernimiento, las hermanas han llegado a la conclusión de que no hay alternativas viables que permitan mantener la vida comunitaria y su vocación a Pedralbes.
Una decisión basada en la vocación
La regla de Santa Clara, que guía a las hermanas, enfatiza la importancia de vivir su vocación, independientemente de las circunstancias. Esta decisión, un colectivo, es un reflejo de su dedicación y compromiso con su misión espiritual.
Mirando hacia el futuro
Con su partida, las Clarisas de Pedralbes no solo cierran un capítulo, sino que también abren sus puertas a nuevas posibilidades. Su nueva residencia en la fraternidad de Clarisas de Vilobí d’Anyar representa un paso hacia la revitalización de su misión y un compromiso renovado con la comunidad cristiana.