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Una figura discreta pero influyente: Paloma Rocasolano

by PREMIUM.CAT
una dona i una noia amb tiares i perles assegudes una al costat de l'altra en una habitació amb una cadira vermella, Florence Engelbach, simetria facial perfecta, un retrat, precisió

El rol de Paloma Rocasolano en la familia real

Paloma Rocasolano, a sus 72 años, ha sido una pieza clave en la familia real de España desde que su hija Letizia Ortiz se unió a la Casa de Borbón. Durante las últimas dos décadas, Paloma ha jugado un papel fundamental en la vida de sus nietas, la princesa Leonor y la infanta Sofía. La reina Letizia ha depositado una gran confianza en su madre para la educación y el bienestar de sus hijas, con la certeza de que cumpliría estrictamente con sus directrices. Gracias a esta confianza, Paloma ha pasado mucho tiempo en la residencia real, el Palacio de la Zarzuela, llegando incluso a contar con habitaciones propias, según la periodista Pilar Eyre.

Un cambio significativo en su vida

La vida de Paloma ha experimentado un cambio drástico desde que su hija Letizia se convirtió en reina. De una vida modesta y reservada, ha pasado a estar presente en círculos de alta sociedad y a disfrutar de tiendas exclusivas en la milla de oro de Madrid. Sin embargo, a pesar de este nuevo estilo de vida, hay aspectos de su pasado que permanecen ocultos, especialmente aquellos relacionados con su familia.

Recuerdos de un pasado humilde

La importancia de sus padres

Los abuelos maternos de la reina Letizia, padres de Paloma Rocasolano, han sido figuras de gran relevancia emocional para ella. Enriqueta Rodríguez Figueredo, madre de Paloma, falleció en junio de 2008 en el hospital Gregorio Marañón de Madrid. La pérdida de Enriqueta fue especialmente dolorosa para Paloma, quien ya había enfrentado la trágica muerte de su hija, Érika, un año antes. Además, la salud de Francisco Rocasolano, su padre, había empeorado, haciendo la situación aún más difícil.

Francisco Rocasolano: Una vida de esfuerzo

Francisco Rocasolano, quien falleció en julio de 2015 a los 98 años en el Hospital Clínico de Salamanca, fue una figura central en la vida de Paloma. Nacido en el barrio de Prosperidad en Madrid el 21 de julio de 1918, Francisco vivió la quiebra de su negocio familiar tras la Guerra Civil Española. A pesar de las dificultades, se convirtió en mecánico y más tarde obtuvo su propia licencia de taxi, un logro importante para él. Francisco trabajó como taxista hasta su jubilación en 1991.

La familia de Paloma Rocasolano

Un hermano en Europa

El hermano de Paloma, Francisco, se mudó a Luxemburgo, donde trabajó durante muchos años como conductor en el Parlamento Europeo. A pesar de llevar una vida relativamente anónima, su nombre apareció en controversias, especialmente tras la publicación del libro «Adiós, princesa», lo que generó escándalos y problemas legales que lo llevaron a apartarse de la vida pública.

Una hermanastra poco conocida

Un aspecto menos conocido del árbol genealógico de Paloma es su hermana ilegítima. Cuando Francisco conoció a Enriqueta, ella era viuda y madre de una niña llamada Otilia, habiéndose refugiado en Madrid durante la guerra. La relación amorosa entre Francisco y Enriqueta culminó en un matrimonio en 1950, del cual nacieron Paloma y su hermano Francisco, quien eventualmente heredaría la licencia de taxi de su padre.

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