Un viaje a través de la música sinfónica
El 1 de marzo de 2025, el Auditorio de Barcelona se convirtió en el escenario de un nuevo concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cataluña (OBC). La noche estuvo marcada por la interpretación de tres piezas diferentes, cada una con su propia esencia y complejidad.
Ravel y su universo
El primer trabajo del programa, ‘La Valse’ de Maurice Ravel, fue dirigida por Ludovic Morlot, quien mostró una cuidadosa preparación. La interpretación reveló las sutilezas de la composición, aunque despertó reflexiones sobre la función del OBC como una orquesta pública. En un mercado discográfico saturado, es legítimo cuestionar la necesidad de dedicar recursos a proyectos que puedan desviar la atención de los compositores menos conocidos, especialmente aquellos en los campos catalán y españoles.
Un análisis de ‘The Walse’
La interpretación de ‘La Valse’ fue concebida con una perspectiva vertical, destacando los contrastes de timbre y los acentos rítmicos. Sin embargo, algunos espectadores notaron una cierta ausencia de la sensualidad y el decadentismo que caracteriza el trabajo.
La nueva creación de Lisa Streich
La noche continuó con la presentación de ‘Meduse: « Elle est Belle et elle rit’ ‘, una obra de la compositora sueca Lisa Streich. Esta pieza, que vio la luz por primera vez en España, busca evocar la figura de Medusa con una narrativa musical que es la distancia del formato tradicional de concierto para la trompeta y la orquesta.
Una experiencia de sonido única
El trabajo incorpora elementos de repetición y ritmos obstinados, con una notable experimentación de timbre. La trompeta, lejos del sonido épico, se presentó como una voz ahogada, imitando el pizzicato de las cuerdas. Sin embargo, algunos críticos percibieron que la pieza, a pesar de sus innovaciones, carecía de un claro desarrollo narrativo.
Sibelius y su sinfonía
El concierto concluyó con la sinfonía no. 5 En mi bemoll Mayor de Sibelius. Morlot dirigió este trabajo con gran atención a los detalles, creando una construcción sólida desde la primera brújula. La complejidad de las secciones de cadena se trató con precisión, con un trabajo notable en los matices.
Momentos clave en la interpretación
El segundo movimiento mostró un equilibrio entre momentos de calma y contrastes inquietantes, con un énfasis especial en los tubos. Sin embargo, el último movimiento se percibió como demasiado acelerado, privando al trabajo de la grandeza requerido.
Desafíos y reflexiones para el público
A pesar de la excelencia musical, es pertinente abordar la cuestión de la presentación del programa. La dependencia de los códigos QR puede dificultar la experiencia auditiva, y es esencial que los espectadores tengan acceso a materiales impresos que les permitan seguir el concierto sin distracciones.
La noche fue un recordatorio de que, más allá de la excelencia del OBC, es esencial para fomentar la diversidad musical y la promoción de los compositores emergentes, así como asegurarse de que el público pueda disfrutar plenamente de cada actuación.