Valencian como puente: una visión inclusiva para el futuro

La identidad lingüística en peligro

En los últimos años, se ha observado un giro preocupante en el discurso sobre el catalanismo y el valencianismo. Cada vez más, ha caído en un esencialismo que limita el lenguaje y la cultura a una simple cuestión de identidad, olvidando el aspecto de la participación y la inclusión. Esta tendencia ha llevado a la creación de comunidades cerradas, donde solo se aceptan aquellos que se ajustan a una historia homogénea, excluyendo así una gran diversidad de voces que podrían enriquecer la conversación.

Un mensaje de cierre e invención

El nativismo, manifestado en Cataluña a través de figuras como Sínlvia Orriols y su partido de la Alianza Catalana, no es un fenómeno anecdótico simple. Representa una participación política que busca convertir la defensa del catalán en una causa exclusiva. Esta actitud, centrada en dibujar bordes entre ‘nuestro’ y ‘otros’, es insostenible y corre el riesgo del futuro del lenguaje, lo que lo convierte en un elemento irrelevante si no se transforma en un instrumento de inclusión y emancipación.

Una nueva perspectiva educativa

La reciente consulta sobre el uso de Valencian como idioma vehicular en los centros educativos del país de Valencian ha iluminado una verdad fundamental: el valenciano no debe ser solo una herencia, sino una elección colectiva. En el Ceip Carme Miquel d’Algemesí, por ejemplo, el valenciano ganó el 88% de apoyo, lo que demuestra que el lenguaje puede ser adoptado con entusiasmo por diversas comunidades, incluidas aquellos con un alto porcentaje de estudiantes de origen extranjero.

Desmantelando mitos sobre la defensa del idioma

Los resultados de la consulta creen la idea de que solo los hablantes de valencianos tradicionales pueden ser los guardianes del idioma. La realidad es que Valencian puede prosperar y expandirse cuando se percibe como una herramienta útil, accesible y compartida. Su supervivencia no se basa en arrepentirse de su pérdida, sino en el uso y la oferta activa de un espacio donde todos puedan sentirse incluidos.

Valenciano como herramienta de igualdad

En el pasado, en Cataluña, la inmersión del lenguaje fue un éxito gracias a los esfuerzos populares y la lucha de diversas familias, incluido muchos origen inmigrante. Estas familias vieron catalán como una oportunidad para garantizar un futuro mejor para sus hijos. Por lo tanto, el lenguaje se convirtió en un instrumento de igualdad y cohesión social, y ahora es el momento de hacerlo con Valencian.

Diversidad como valor

La diversidad cultural y lingüística no representa una amenaza para Valencian, sino su esencia. Muchos valencianos, incluido yo mismo, han crecido en un entorno donde coexisten múltiples idiomas y culturas. Lo que realmente importa es el compromiso colectivo con el lenguaje, que puede expresarse no solo por la herencia, sino también por la elección y la militancia.

Un futuro inclusivo para Valencian

El destino del valenciano no debe depender del purismo de identidad, sino de su capacidad para adaptarse y ser útil para todos. Es esencial garantizar su presencia en la educación, los medios de comunicación y la administración, así como promoverla como un idioma de bienvenida. Aquellos que intentan limitar a Valencian a una identidad exclusiva no solo están equivocados, sino que también contribuyen a su posible desaparición. En este sentido, el valenciano debe ser un símbolo de inclusión y un espacio para cualquiera que quiera ser parte de esta rica diversidad cultural.

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