Una reacción comunitaria frente a la limpieza del río
Un grupo de ciudadanos de la Seu d’Urgell, junto con educadores y defensoras del medio ambiente, ha iniciado una iniciativa en Change.org para recoger firmas en contra de las actuaciones de limpieza del cauce del río Segre. Esta acción, promovida por el Ayuntamiento, busca limpiar un tramo de cuatro kilómetros para prevenir daños en caso de inundaciones, pero ha generado una reacción de rechazo por parte de aquellos que consideran que su ejecución ha sido excesiva.
Desacuerdos sobre la justificación de la limpieza
Los vecinos que han impulsado la petición expresan su frustración con los términos utilizados por el Ayuntamiento, como ‘tala selectiva’ y ‘sostenibilidad ambiental’. Argumentan que, en realidad, estas tareas han provocado una destrucción significativa del ecosistema del bosque de ribera, contraviniendo los criterios de protección ambiental que previamente se habían establecido.
El papel de la vegetación de ribera
Los opositores a la limpieza sostienen que la vegetación ribera no sólo actúa como barrera, sino que es esencial para la regulación hidrológica. Argumentan que su eliminación puede aumentar el riesgo de avenidas, en lugar de disminuirlo, y afirman que estos espacios son habitados por una gran diversidad de especies animales y vegetales.
Educación ambiental y sensibilización
El colectivo que ha presentado el ‘Manifiesto del río’ destaca la importancia de este espacio no sólo para la biodiversidad, sino también como entorno de aprendizaje para estudiantes. Proponen actividades de educación ambiental y sensibilización sobre el cambio climático, reclamando una gestión que integre a la comunidad en la preservación del río.
La postura del Ayuntamiento
El alcalde de la Seu d’Urgell, Joan Barrera, ha defendido la actuación del Ayuntamiento, argumentando que la limpieza del cauce era una responsabilidad que, en teoría, correspondía a la Confederación Hidrográfica del Ebro. Lamentó que, ante la falta de actuaciones por parte de esta institución, el Ayuntamiento se haya visto obligado a intervenir para garantizar la seguridad de los vecinos.
Un proceso burocrático lento
Barrera ha explicado que la planificación de este proyecto comenzó hace años, pero que la burocracia ha retrasado su aprobación, lo que ha complicado la situación actual. En consecuencia, el Ayuntamiento ha tenido que tomar medidas urgentes para evitar posibles inundaciones, recordando que la ciudad había sufrido graves daños en el pasado.
Mirando al futuro
Con las actuaciones de limpieza en marcha, el alcalde ha manifestado su intención de mantener un seguimiento regular del ecosistema riberego, con el objetivo de prevenir actuaciones tan drásticas en el futuro. Barrera aseguró que, una vez estabilizada la situación, se priorizará un mantenimiento más sostenible de la vegetación del río.