Yogures: una decisión segura para tu consumo

La verdad sobre la fecha de caducidad de los yogures

¿Cuántas veces te has encontrado un yogur caducado en la nevera? Y, ¿eres de los que se los come después de darle muchas vueltas al asunto o de los que los tiran directamente? En cualquier caso, vamos con una información que te interesa y que te ayudará en tu próxima gran decisión respecto a ese yogur olvidado.

Los yogures no caducan y así lo confirma la Academia española de Nutrición y Dietética. Pero, ¿por qué existe una fecha en cada envasado? Boticaria García, divulgadora y autora de varios libros de nutrición y salud, nos lo explica de una forma amena y sencilla en su cuenta de Instagram (@boticariagarcia, por si todavía no la sigues).

Desde 2014 cambió la regulación y se eliminó la fecha de caducidad en los yogures. La que aparece ahora es la fecha de consumo preferente, que no es lo mismo. La primera se refiere al momento en que un producto deja de ser seguro, la segunda tan sólo que este alimento puede perder algunas de sus propiedades y, por tanto, el fabricante debe avisarle.

Boticaria García no se atreve a dar una fecha concreta, pero avanza que un yogur puede ser seguro incluso semanas después de haber cumplido la fecha que llevan impresa. El cómo saberlo es tan fácil como abrirlo y comprobar que todo está bien. Si el color ha cambiado, la textura es diferente o no huele bien, sí que hay que echarlo. Es un caso similar al de los huevos, que se nota rápidamente cuando está en mal estado.

Diferencias entre los tipos de yogur

Lo que sí destaca la experta es la gran diferencia que existe entre los tipos de yogur. El natural será el más resistente, mientras que los que tienen trozos de frutas son más sensibles y pueden dañarse antes. También es importante saber cómo se ha conservado este yogur, siendo vital poder mantener la cadena del frío. Si te has dejado un yogur en un coche durante varias horas, definitivamente no te lo comas.

Ramón de Cangas, doctor en Biología Funcional y Molecular por la Universidad de Oviedo y dietista-nutricionista por la Universidad de Navarra, explica que “el yogur es un alimento con un pH muy ácido (igual o por debajo de 4,6). Esta acidez complica muchísimo el establecimiento y desarrollo de microorganismos patógenos que comprometan nuestra salud. Por si no fuera suficiente, se elabora con leche pasteurizada, con lo que se elimina la carga microbiana patógena y potencialmente alterador desde el inicio», finaliza.

Asimismo, en la propia web de la Academia española de Nutrición y Dietética nos recuerdan que los yogures aguantan un tiempo, pero no son eternos. Además, tal y como explica García, pasado el tiempo recomendado por el fabricante se pueden apreciar cambios en el producto que afecten al sabor oa la textura. Algunos son leves, pero otros pueden hacernos dudar y, esta misma cuestión, puede conseguir que nos siente mal, sobre todo si se extiende a ser algo hipocondríaco. Por eso, la recomendación general es: si inicias un yogur y está y sabe bien, disfruta de él. Sospechas?, entonces tíralo.

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