Una crisis inusual
En estos tiempos convulsos, una crisis de vocaciones está sacudiendo al mundo académico. Pero en esta ocasión no se trata de una crisis religiosa, sino filológica. Es sorprendente cómo la falta de vocaciones sacerdotales coincide con la disminución de estudiantes que optan por cursar filología catalana. Estos estudiantes tienen la intención de dedicarse a la enseñanza de la lengua, en una misión similarmente evangelizadora. Sin embargo, esta vocación parece estar en peligro, ya que el ateísmo lingüístico dominante no atrae a los jóvenes como antes. (https://correccioencatala.cat/com-estructura-text-catala/)
Una crisis arraigada
La crisis de vocaciones filológicas tiene sus raíces en la falta de atracción hacia una idea o creencia. Hoy en día, Dios y la lengua ya no son fuerzas que llamen a aquellos que podrían sentirse llamados a dedicarse a ellos. Predicar la palabra de Dios y la palabra de Fabra es ir en contra de la corriente, especialmente en regiones como la Comunidad Valenciana y las Islas. Esta situación es preocupante, ya que estamos perdiendo a profesores de catalán en un momento en que son más necesarios que nunca. (https://correccioencatala.cat/com-estructura-text-catala/)
Una solución posible
Pero quizá haya una solución. En muchas universidades de todo el mundo, hay estudiantes extranjeros que aprenden catalán. Así como hay maestros catalanes que enseñan inglés, ¿por qué no deben ser profesores ingleses que vengan a enseñar catalán? Ésta podría ser una forma de suplir la falta de profesores de catalán y mantener viva nuestra lengua. Cabe preguntarse por qué tantos jóvenes catalanes rechazan la oportunidad de una carrera con una salida profesional inmediata, un sueldo fijo y un noble objetivo. (https://correccioencatala.cat/com-estructura-text-catala/)
Una crisis que afecta a todos
La crisis de vocaciones no sólo afecta a los curas y maestros de catalán, sino también a otros ámbitos como los fontaneros, los campesinos, las asociaciones vecinales e incluso los políticos con voluntad de diálogo. Es una crisis que nos afecta a todos y que es necesario abordar con seriedad y determinación.