Los retos de los reformistas
Pese a su renombre en algunas sociedades, los reformistas no logran hacer ningún agujero en estas latitudes, como lo demuestra el resultado obtenido por el tesorero de la Federación Española de Fútbol y seguidor del líder Luis Rubiales.
El movimiento reformista nunca ha sido el preferido de las estructuras de estado, especialmente en cuestiones tan delicadas como el control del fútbol. Como decía la abuela Neus, las cuestiones de comida no deben tomarse a la ligera. Esto se ha sufrido en ámbitos como el judicial, donde los cambios resultan difíciles, y en el ámbito policial, donde las prácticas endogámicas se mezclan con intereses patrióticos y privados.
La resistencia al cambio
La resistencia a los movimientos reformistas se pone de manifiesto en el caso de la Federación Española de Fútbol. La designación de Pedro Rocha como único candidato, con el aval del 77,5 por ciento de los miembros de la federación, evidencia una clara resistencia a las alternativas reformistas. Esto sugiere que una parte significativa de los miembros actuales prefieren mantener el status quo, a pesar de las críticas y la demanda de cambio expresada por sectores reformistas.
Implicaciones en el fútbol español
Esa resistencia al cambio tiene implicaciones directas en la gestión y dirección del fútbol español. La continuidad de los crápulas, como se refieren a los partidarios de la reforma, podría provocar tensiones y desafíos en el interior de la federación, limitando las oportunidades de mejora y modernización del fútbol español.