La Familia Real británica vive momentos difíciles
La realeza británica está inmersa en una situación de gran complejidad. El rey Carlos III, que accedió al trono hace poco más de un año, sufre un cáncer de próstata que pone en riesgo su vida. Su hija, Kate Middleton, también tuvo que pasar por el quirófano por una operación abdominal de urgencia, de la que aún se desconocen los detalles. El Palacio de Buckingham vive con angustia y expectación estos momentos delicados mientras intenta transmitir un mensaje de tranquilidad y esperanza a la ciudadanía.
Meghan Markle hace las maletas y se va a Utah
En este contexto de crisis, existe una persona que parece no estar afectada: Meghan Markle. La duquesa de Sussex, que hace unos meses volvió a la vida pública tras su permiso de maternidad, ha decidido tomarse unas vacaciones en las nieves de Powder Mountain, cerca de Salt Lake City, en Utah (Estados Unidos). Acompañada de dos de sus mejores amigas, Heather Dorak y Kelly McKee Zajfen, Meghan Markle ha disfrutado del esquí, el spa y las fiestas nocturnas, sin preocuparse por lo que ocurre al otro lado del Atlántico. Su marido, el príncipe Harry, ha quedado en Reino Unido, cuidando de sus dos hijos, Archie y Lilibet, y mostrando su apoyo a su padre ya su hermana.
Indignación en Windsor: Meghan Markle se desmarca de su responsabilidad real
La decisión de Meghan Markle de irse de vacaciones en un momento tan crítico para la Familia Real ha causado una gran indignación a Windsor. Fuentes cercanas a la Casa Real han expresado su malestar por el comportamiento de la duquesa de Sussex, que consideran irresponsable y egoísta. Según estas fuentes, Meghan Markle debería mostrar mayor solidaridad y compromiso con la institución que representa, y no abandonar a su marido ya sus hijos en un momento tan difícil. Además, su actitud podría afectar negativamente a la imagen pública de la realeza británica, que ya está bastante deteriorada por las crisis que afronta. El futuro de Meghan Markle como miembro de la Familia Real está en juego, y su próximo movimiento será determinante para su relación con el rey Carlos III y el resto de su familia política.