Momentáneamente, después de un ciclo electoral intenso, es el momento de centrarse en temas que afectan a nuestro día a día y están relacionados con la gestión de los impuestos. Después de las promesas y polémicas, es importante valorar las propuestas de gobierno creíbles y no dejarse influenciar por las palabras más llamativas o ingeniosas. Un buen gobierno debe tener en cuenta varios aspectos, como la situación nacional y lingüística del país, y debe estar acompañado de un presupuesto realista.
Sería razonable buscar el equilibrio presupuestario y trabajar para reducir la deuda pública de Catalunya, pero la situación económica actual impide conseguirlo. El sistema de financiación actual es injusto y pone una carga excesiva sobre Cataluña, afectando al futuro de todos los catalanes. Es necesario buscar una solidaridad interterritorial similar a la que existe en otras comunidades autónomas, como el País Vasco o Navarra. Además, es importante priorizar el mantenimiento de los equipamientos e infraestructuras existentes, en lugar de centrarse en inaugurar nuevos proyectos. Esto permitirá reducir las desigualdades y garantizar que todos los ciudadanos puedan gozar de servicios de calidad y duraderos.
En resumen, es el momento de centrarse en propuestas de gobierno creíbles y realistas, que tengan en cuenta la situación económica y las necesidades de los ciudadanos. Es necesario trabajar por un sistema de financiación justo y priorizar el mantenimiento de los equipamientos existentes para garantizar un futuro mejor para todos.