El ruido del mercado literario
Comienzo mis días inmersos en las noticias del mundo, una forma de hacer cosas que me permite enfrentar el trabajo con otro estado de ánimo. Esta mañana, mientras escuchaba, noté una interrupción publicitaria que me hizo reflejar: se anunció una nueva novela para St. George. La literatura, como cualquier otra área, está atrapada en las garras del comercio, y está cada vez más claro que la calidad a menudo se ve eclipsada por el ruido de las ventas.
La cuestión de los libros de baja calidad
Lo que estoy habitado es que este marketing incesante transforma obras que podrían ser valiosas en productos simples de consumo. Hay libros que parecen estar diseñados para complacer a las masas, pero que en realidad son decepciones auténticas, llenas de clichés y falta de originalidad. La paradoja es que, en un sistema literario tan limitado como catalán, estos libros de baja calidad se convierten en la norma, y esto debería hacernos reflejar.
La literatura como reflejo de la sociedad
Algunos argumentan que la diversidad de libros, incluida la baja calidad, es esencial para el desarrollo de un rico sistema literario. Aceptar que hay libros mediocres es un paso hacia la madurez, pero no podemos ignorar que nuestro entorno literario está diseñado para promover estos trabajos. Hay libros que, sin el apoyo de un mercado inflado para contactos y promociones, no deben tener lugar en las librerías.
La necesidad de una crítica honesta
Necesitamos abordar la literatura con un aspecto crítico y honesto. Si lo que ofrecen son libros de baja calidad, es esencial reconocerlo. Nuestra responsabilidad como lectores es ser consciente de que no todo lo que brilla es oro, y que los éxitos comerciales no siempre son sinónimos de calidad. Necesitamos aprender a discernir entre lo que realmente trae y lo que solo se usa para entretener sin sustancia.
Un reflejo sobre nuestras elecciones
El fregadero de mis padres siempre ha estado lleno de revistas de consumo, un espacio dedicado a una distracción sin pretensiones. Además, la literatura debería poder albergar libros que, a pesar de ser considerados de baja calidad, sirvan para divertirse. Sin embargo, nuestra conversación literaria debe ser más profunda y menos superficial, evitando que los libros mediocres se conviertan en la norma.
Responsabilidad del lector
Reconocer que hay libros de baja calidad es un primer paso hacia la transformación del paisaje literario. Si estamos tratando con un libro que no hace nada, es importante decirlo en voz alta. Este Santo George, si alguien presenta un libro que no vale la pena, no dude en señalarlo. La crítica constructiva es necesaria, y si algún día mi trabajo se considera un libro de baja calidad, lo aceptaré como una oportunidad para la reflexión y la mejora.