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La Fiesta de San Isidro y su impacto en Cataluña

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una pintura d'un home a cavall davant d'una multitud de gent en un poble amb un edifici, Coppo di Marcovaldo, foto realista, una pintura ultrafina detallada, antípodes

La celebración forzada de San Isidro en Cataluña

En un día como hoy, hace 307 años, los campesinos catalanes se vieron obligados a celebrar por primera vez la fiesta de su nuevo patrón, San Isidro. Esta imposición se produjo después de la ocupación de 1714 y fue impuesta por el régimen borbónico. San Isidro, originalmente patrón de los campesinos castellanos, reemplazó a San Galderic, patrón del campo catalán desde el siglo X. Además del cambio de patrón, la fecha de la celebración también fue modificada, pasando del 16 de octubre al inicio de la campaña agrícola.

La estrategia de destrucción de la cultura catalana

La imposición de San Isidro formaba parte de una estrategia más amplia para destruir la cultura catalana. El objetivo era reducir Cataluña a una simple provincia de una Castilla que se convertía en la matriz de la nueva nación española. Esta estrategia incluía una serie de medidas destinadas a tener un impacto significativo en la sociedad catalana del siglo XVIII, donde el sector agro-ganadero representaba aproximadamente dos tercios de la población del país. Además, la sociedad de la época tenía una fuerte influencia espiritual.

San Isidro y su origen en Madrid

San Isidro, cuya figura inspira la celebración, era un personaje de la baja nobleza que vivió en Madrid entre los siglos XI y XII. Aunque se le atribuyen varios milagros, su origen y tradición difieren de la cultura catalana. Fue canonizado en 1622 y proclamado patrón de Madrid. Posteriormente, su categoría de patrón se extendió a todo el campo de la monarquía hispánica.

La tradición de San Galderic en Cataluña

En Cataluña, la tradición de San Galderic se remonta al siglo X. Según la leyenda, Galderic nació en un pequeño pueblo cerca de Carcasona y realizó varios milagros a lo largo de su vida. Era considerado el patrón de los campesinos languedocianos y catalanes. Su fama se extendió por toda la región carolingia y fue enterrado en el monasterio de Sant Martí del Canigó, en el condado de Conflent.

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