La Pérdida de un Referente
El abuelo partió después de una larga estancia en el hospital, dejando atrás un vacío profundo. Su ausencia hizo que los ojos de la abuela, antes brillantes, se volvieran grises y apagados, reflejo de su propia desolación. Las conversaciones con ella se convirtieron en un juego de especulaciones, donde sus ojos parecían seguir los sonidos sin conexión emocional alguna.
El Impacto de la Soledad
Con el paso de los meses, la abuela se cayó en un silencio inquietante. Su cuerpo pareció perder la voluntad de vivir, atrapada en un mundo que se había reducido a un sofá y un televisor. Sus heridas, invisibles en los ojos, empezaron a manifestarse de forma extraña, como si su cuerpo se convirtiera en una extensión del mobiliario.
La Carga del Cuidar
El padre, decidido a hacerse cargo, vio cómo su vida se transformaba en una rutina de cuidado y sacrificio. Cada noche, su lucha por levantar a la abuela del sofá se convertía en un ritual desgastador. El piso, un reflejo de su desesperación, empezó a oler a descomposición, un recuerdo constante de la vida que había sido un día.
Un Espacio de Descomposición
Con el tiempo, la abuela quedó atrapada en su propia existencia, una figura que parecía fusionarse con el mueble que la contenía. Su respiración se convirtió en un murmullo, una nota que se perdía en el silencio del piso. El padre, en su dedicación, empezó a perder la noción del mundo exterior, convirtiéndose él mismo en un elemento de ese decorado desolador.
El Aislamiento y el Silencio
Las semanas pasaron y su padre se vio absorbido por su nueva realidad. Abrió y cerró ventanas, encender calefacción y ventiladores, todo para mantener el ambiente adecuado para una abuela que nunca más respondería. Cada disco que sonaba era un recuerdo de un pasado compartido que se desvanecía lentamente en el aire.
El Misterio de la Ausencia
Hace unos días que papá ha desaparecido. La madre intentó acceder al piso, pero se encontró con una barrera inexpugnable, una masa marronosa que parecía haber tomado vida. El piso, ahora un espacio cerrado y lleno de recuerdos olvidos, ha quedado sellado, donde las fronteras entre lo que era y lo que se han desvanecido completamente.
Reflexiones sobre la Vida y la Muerte
A medida que este espacio se convierte en un recuerdo olvidado, se plantea una inquietante pregunta: ¿hasta qué punto la pérdida de un ser querido puede alterar nuestra percepción del mundo? La vida continúa, pero el legado de la soledad y el dolor perdura, dejando atrás un ecosistema de memorias que nunca volverán a ser.