El Tribunal Superior de Londres detiene la extradición de Julian Assange a Estados Unidos
El Tribunal Superior de Londres ha decidido detener, temporalmente, la extradición del periodista Julian Assange a Estados Unidos. Assange fue perseguido durante más de una década y está acusado de 17 delitos de espionaje y uno de fraude informático. Esta decisión del tribunal pone de manifiesto la naturaleza política de la persecución que ha sufrido Assange desde 2010, cuando reveló cientos de miles de documentos clasificados sobre las guerras de Irak y Afganistán. Estas revelaciones expusieron el uso de la tortura y el asesinato de civiles por parte del ejército estadounidense, causando un gran escándalo a nivel mundial.
Las debilidades de los estados democráticos en la persecución de Assange
Más allá de las posibles polémicas que rodean a Assange, su persecución pone de manifiesto las debilidades de los estados democráticos que defienden los derechos humanos. Los secretos de estado y la clasificación de documentos no pueden ser utilizados como disculpas para esconder o proteger delitos. La seguridad de los estados no puede justificar conductas ilegales ni la persecución de quien denuncia tales hechos. Este caso también cuestiona el derecho a la información y control de los poderes públicos, que deben tener en cuenta la ética del poder en todo momento.
El futuro de Assange y las garantías del juicio
Los tribunales británicos han pedido garantías a Estados Unidos de que Assange tendrá un juicio justo y que no se le impondrá la pena de muerte. Actualmente, Assange ya está cumpliendo una pena injusta, ya que lleva cinco años en una cárcel de máxima seguridad en el Reino Unido. Antes de eso, estuvo siete años recluido en la embajada de Ecuador. La persecución de Assange ha tenido un impacto en la libertad de expresión y ha generado un efecto disuasorio en otros ciudadanos y periodistas que podrían ver limitados sus derechos fundamentales.