Introducción
La semana pasada, una persona a la que tengo un gran aprecio me informó que el cortometraje ‘La mecánica de los fluidos’ de Gala Hernández López había sido galardonado con el Premio César al mejor corto documental. Esto despertó mi curiosidad y decidí investigar más sobre el tema.
La subcultura incel
La subcultura incel, abreviatura de ‘celibato involuntario’ en inglés, se refiere a comunidades virtuales de personas que desean tener relaciones sexuales pero no logran establecerlas. Aunque inicialmente tuve ciertos prejuicios, decidí no juzgar y profundizar en el tema.
La mayoría de las personas que se autodenominan incels son hombres heterosexuales. Esta subcultura forma parte de un movimiento más amplio llamado ‘manosphere’, que incluye otros movimientos como el movimiento por los derechos de los hombres y el movimiento del Men Going Their Own Way. Estos movimientos discuten sobre la masculinidad y los problemas que enfrentan los hombres en la sociedad actual.
El movimiento femcel
En respuesta al movimiento incel, ha surgido el movimiento femcel, que representa la reacción feminista. Las comunidades virtuales de mujeres que se identifican como femcels sienten que no pueden tener relaciones sexuales debido a la misoginia y a los estándares de belleza inalcanzables impuestos por la sociedad.
Estas comunidades, como el Involuntary Celibate Project y ThePinkPill, brindan apoyo emocional y un espacio seguro para las mujeres que han experimentado daño emocional. A diferencia del movimiento incel, el movimiento femcel no se caracteriza por la violencia ni la misantropía, sino que busca empoderar a las mujeres y rechazar la objetificación sexual.
Conclusiones
La subcultura incel y el movimiento femcel son fenómenos que han surgido en respuesta a las dificultades que enfrentan algunas personas para establecer relaciones sexuales. Mientras que el movimiento incel se ha asociado con actitudes negativas y violentas, el movimiento femcel busca empoderar a las mujeres y desafiar los estándares de belleza impuestos por la sociedad.
Es importante comprender que estos movimientos representan solo una parte de la sociedad y no deben generalizarse. En lugar de dividirnos en comunidades que piensan de la misma manera, es fundamental invertir en el apoyo emocional y la salud mental de todas las personas.