La lengua en evolución
Es evidente que la lengua en esencia no es sexista, pero sí existe sexismo en los aspectos más pragmáticos de la lengua, los que relacionan la lengua con el uso social. Por suerte, la lengua evoluciona a un ritmo diferente a como consta en los diccionarios, incluso de los más descriptivos y actualizados, si no, sería muy mal síntoma. Por eso es importante actualizarlos y revisarlos con frecuencia.
Equilibrio sin caer en lo políticamente correcto
Es importante tener en cuenta la perspectiva de género y revisar didácticas y formas de hacer, pero sin caer en la trampa de lo políticamente correcto. No es fácil encontrar el equilibrio entre una cosa y otra porque, enseguida, algunos saltan con la etiqueta de wokismo. La idea general del concepto woke es que los movimientos sociales se han pasado de frenada y ahora denunciar cualquier discriminación es wokismo; un neologismo que, más allá de lo que yo pueda opinar, es agotador, que de tanto que se utiliza en las redes ya pierde incluso el sentido.
Los diccionarios y el sexismo
Hoy en día, diría que la antigualla más flagrante que tenemos en los diccionarios es la palabra «cuguz», que antiguamente quería decir el «marido de la mujer adúltera». Hay algún diccionario que, sabiamente, ya lo marca como «antiguamente», pero realmente no debería ni mantenerse esta forma que se arrastra desde el Diccionario general de la lengua catalana de Fabra y más allá. Ya lo decía Fabra en un ejemplo: «Más vale ser celoso que cuguzoso». Efectivamente, los diccionarios son un reflejo de la sociedad machista y la mujer siempre es quien engaña en sus definiciones y ejemplos.
Los cambios necesarios
Actualmente, los diccionarios de referencia todavía conservan algunas de estas perlas, que, sinceramente, no aportan nada aunque lo marquen como antiguo. Despierta, bonitos! Que el Diccionario catalán-valenciano-balear ya lo decía, que todo esto era antiguo. Superémoslo y atrevémonos a eliminarlo. ¡Fuera «cuguz», «cuguzoso», «cornel» y «cornella» de los diccionarios! Ya tenemos las entradas de «bañudo», «bañuda» o «cornudo», «cornuda» como las más actualizadas para definir este concepto, aunque teniendo en cuenta la variedad de relaciones sexoafectivas que hay actualmente, se puede decir que es un concepto que ha quedado anticuado hoy en día. Tan antiguo como decir «ir cargado de frente o tener un resbalón», ¡viva los eufemismos!
Los cambios positivos
Por otra parte, ya ve que los diccionarios evolucionan y se adaptan a los cambios sociales, no todo es negativo. Cada vez hay entradas más desconocidas de género (por ejemplo, para definir «marido» y «mujer») y recientemente se incorporó al diccionario normativo una nueva acepción de «donassa», con el sentido de «Mujer, sobre todo de la época contemporánea, significada por su aportación intelectual, artística o cívica». Pero la guinda del pastel, el mejor ejemplo que se ha inventado nunca, se encuentra en el Diccionario Esencial de la Lengua Catalana, que tiene unos criterios lexicográficos más actuales. Se nota con el ejemplo de la entrada «baboso»: «Estaba junto a un viejo baboso». Pues sí, adaptarse a los cambios también significa esto.
El poder del lenguaje
Esperamos que pronto los diccionarios lexicográficos más actuales incorporen las expresiones «tener ovarios o estar hasta los ovarios». Un empujón más, y dentro de poco ya tendremos al señorito o el adjetivo no-binario. Y ahora los amantes del neologismo woke diréis “¿y qué? ¿Con esto ya nos salvamos de las discriminaciones?” Pues no, pero como decía Judith Butler en su último ensayo ¿Qué mundo es éste?, no debemos subestimar el «poder de las pequeñas acciones». El lenguaje desempeña un papel simbólico muy potente y es síntoma de una lengua viva, en constante movimiento. Muchos fans de la etiqueta woke votó para que «tío, tía» entrara en el diccionario normativo y no os dije que no es necesario, que puede utilizar palabras que no salen en los diccionarios y no quiere decir que no sean correctas. Todo es relativo, pero todo el mundo sabe que el lenguaje ejerce un gran poder simbólico para comunicarnos, ¿no? Despierta.