La situación actual
La guerra a raíz de la causa del Tsunami Democrático en la fiscalía del Tribunal Supremo y, de rebote, en la curia del ministerio fiscal, no acaba. Al contrario, sigue. Esta mañana ha sido la prueba del nuevo, en una nueva y tensa reunión del consejo fiscal. El orden del día del cónclave debía nombrar un puñado de cambios en distintas fiscalías superiores y provinciales del Estado, pero la segunda parte estaba centrada en la batalla intestina que ha vivido la institución.
La petición de amparo
Los dos Fiscales de Sala, jefes de la sección Penal, han llevado a debate y votación una petición para otorgar «el amparo al fiscal Álvaro Redondo». Un amparo es un procedimiento de protección y defensa de los fiscales que se reclama a sus compañeros de toga cuando ven amenazado su trabajo o integridad. Redondo fue el fiscal de turno que emitió el primer dictamen oficial sobre si la causa del Tsunami Democrático podía considerarse terrorismo y si era necesario que acudiera al Tribunal Supremo si consideraba que el presidente en el exilio Carles Puigdemont tenía nada que ver. Un dictamen con el que, finalmente, se oponía y que hizo estallar una trifulca interna de larga duración e intensidad.
Artículos contra su persona
La decisión de Redondo, y la posterior filtración de un primer borrador que envió al fiscal de sala (y del Proceso) Fidel Cadena, generó un ataque mediático por tierra, mar y aire contra Redondo y el fiscal general del Estado , Álvaro García Ortiz, a quien la derecha mediática acusaba de presionar al fiscal para hacerle cambiar de parecer.
El otorgamiento del amparo
Pasada la tormenta, Redondo solicitó el amparo a la Junta de Fiscales de Penal del Supremo para «sentirse atacado en varios artículos de prensa». La votación de hoy ha sido, según las fuentes consultadas, «sorprendente». El Consell ha otorgado el amparo, sí, ahora bien «con el voto de calidad del Fiscal General del Estado». García Ortiz ha salvado la petición de Redondo tras una votación en la que las dos vocales natas, los dos vocales electivos de la UPF y el vocal del APIF se han mostrado a favor y los seis vocales de la Asociación de Fiscales , conservadora, en contra. Curiosamente, Redondo tiene el carné de la Asociación de Fiscales. Por tanto, no le han votado ni los suyos y le ha salvado el fiscal general que está dispuesto a resistir el empuje y mantener la posición.