El suicidio, un problema silenciado
El suicidio es la primera causa de muerte entre los jóvenes, pero todavía es un tema del que no se habla lo suficiente. Muchos jóvenes se encuentran con dificultades para hacer frente al futuro, ya sea por la falta de estabilidad económica, mental o emocional. Las preocupaciones se acumulan; el trabajo, la casa, las responsabilidades, los estudios, las relaciones, la autoestima, el pasado… Muchos se sienten solos, incompletos o sin esperanza. Y mientras la sociedad les ignora o juzga, ellos sufren en silencio.
La salud mental, una prioridad
La depresión y la ansiedad son enfermedades que afectan a muchos jóvenes, pero que no reciben la atención ni el tratamiento adecuados. Muchos no pueden acceder a una terapia psicológica por cuestiones económicas o por vergüenza en pedir ayuda. Muchos se encuentran con la incomprensión o rechazo de su entorno. Muchos se ven obligados a esconder su malestar o fingir que todo va bien. Pero esto sólo agrava el problema y los expone a un mayor riesgo de suicidio.
La importancia del apoyo
Para prevenir el suicidio, es necesario romper el tabú y hablar abiertamente del tema. Es necesario sensibilizar a la sociedad sobre la realidad y la gravedad del problema. Es necesario ofrecer recursos y servicios adecuados para la prevención, la detección y el tratamiento de los trastornos mentales. Es necesario crear una red de apoyo y acompañamiento para los jóvenes que lo necesiten. Hay que mostrarles que no están solos, que tienen valor y que la vida vale la pena. Hay que salvar vidas, futuras enfermeras, futuros ingenieros, futuras médicas, futuros profesores, futuros artistas. Es necesario luchar por la vida.
